
En septiembre de 2024, Mario Draghi presentó ante el Parlamento Europeo un informe que aspiraba a ser la hoja de ruta para recuperar la competitividad de la UE. El expresidente del Banco Central Europeo advirtió entonces de que, sin reformas profundas, Europa corría el riesgo de volverse «menos próspera, menos igual, menos segura y, en consecuencia, menos libre para elegir su destino».
Doce meses después, la realidad es decepcionante. Según el Draghi Observatory & Implementation Index, un nuevo mecanismo de seguimiento creado por el think tank European Policy Innovation Council (EPIC), solo 43 de las 383 recomendaciones del informe (un 11,2 %) han sido aplicadas por completo. Otras 77 (20,1 %) están parcialmente implementadas, mientras que 176 (46 %) siguen en proceso y 87 (22,7 %) ni siquiera se han tocado.
En conjunto, Bruselas apenas ha empezado a trabajar en serio en un tercio de la agenda sugerida para fomentar el crecimiento y la competitividad, situándose muy lejos de la ambición económica que Draghi describió como vital y urgente para afrontar el encarecimiento energético, la fragmentación geopolítica y el rol cada vez más secundario ante China y Estados Unidos.
Sectores con avances desiguales
El análisis de EPIC revela fuertes contrastes sectoriales. El transporte lidera el progreso, con un 26,8 % de medidas ejecutadas (46,3 % si se incluyen las parciales). Le sigue el área de materias primas críticas (33,3 % implementadas), impulsada por la urgencia de asegurar suministros estratégicos.
En cambio, sectores clave para el futuro europeo como la energía no registran ninguna recomendación plenamente cumplida (solo un 15,7 % con avances parciales). También se retrasan la digitalización, el ‘clean tech’, la industria farmacéutica, la defensa, el automóvil y el espacio.
Mucho plan, poca ejecución
"Bruselas es muy activa en la planificación, pero mucho menos en la entrega", resume Antonios Nestoras, subdirector de EPIC. A su juicio, la falta de mecanismos de rendición de cuentas explica buena parte del desfase entre las grandes declaraciones políticas y la realidad.
El Observatorio creado por EPIC busca cubrir ese vacío con un panel de más de 120 expertos que evalúa el avance de cada recomendación, inspirado en modelos como el Polimeter canadiense o el Truth-O-Meter estadounidense. EPIC publicará próximamente una herramienta de seguimiento en tiempo real accesible para políticos, analistas y ciudadanos, con la meta de aumentar la presión para que la Comisión Europea, el Parlamento y los Estados miembros pasen de las palabras a los hechos y hagan suyas las recomendaciones que, supuestamente, se iban a adoptar con la máxima brevedad.



