
La Comisión Europea ha modificado el acuerdo agrícola con Marruecos por orden del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE). Sin embargo, el nuevo acuerdo incluye ventajas arancelarias para los productos del Sáhara Occidental a pesar de que, justo por ese mismo motivo, el TJUE tumbó el tratado en 2024 al considerar que era un acuerdo que se aplicaba sin el consentimiento del pueblo saharaui. Y mientras Bruselas recurre al trilerismo legislativo, los agricultores europeos hablan de "competencia desleal" y acusan a la UE de saltarse la legalidad internacional.
El pasado 2024, el TJUE anuló los acuerdos comerciales de 2019 entre los Veintisiete y Marruecos en materia de pesca y de productos agrícolas alegando que vulneraba los principios de autodeterminación del pueblo del Sáhara Occidental. El tribunal también dio un plazo de 12 meses para su modificación, sobre todo por las graves consecuencias que tendría para los consumidores con una más que posible subida de los precios.
La Comisión Europea se ha puesto manos a la obra para corregir el acuerdo y finalmente ha optado por un simple ajuste legal que, en la práctica, extiende los aranceles preferenciales a los productos procedentes del Sáhara Occidental. Eso sí, aunque en la etiqueta figure que vienen del Sáhara, los certificados que los validan seguirán saliendo de Rabat.
Los agricultores europeos, en pie de guerra
El comité de organizaciones agrarias y cooperativas europeas (Copa-Cogeca) ha denunciado que este mecanismo "sienta un precedente peligroso", socava la equidad del mercado y "pone en tela de juicio el respeto de la UE a las sentencias internacionales".
En particular, los agricultores critican el sistema de etiquetado previsto, que "crearía un nuevo código para los productos saharauis, presentándolos efectivamente como marroquíes". Esto, advierten, inducirá a error a los consumidores y generará competencia desleal, especialmente en frutas y hortalizas como tomates, donde los productores europeos ya sufren la presión de las importaciones marroquíes.
"La Comisión ha negociado a escondidas"
En España, Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos ha mostrado su indignación y acusa a la Comisión de haber pactado con Marruecos "a escondidas", hurtando al Parlamento Europeo y "saltándose a la torera" la sentencia del TJUE.
"Después de todo, al final, los saharauis pierden, los agricultores españoles pierden… y el único que gana es Marruecos", denuncia la organización, que reclama que se cumpla la sentencia en sus términos: excluir el territorio ocupado de cualquier acuerdo con Rabat y negociar directamente con los representantes saharauis.
Unión de Uniones alerta además de que los productos seguirán entrando con arancel reducido y con estándares laborales, medioambientales y de trazabilidad muy inferiores a los exigidos a los agricultores europeos, lo que supone una desventaja estructural en el mercado.
Bruselas, doble vara de medir
El malestar se extiende más allá de lo jurídico. Agricultores españoles denuncian la "doble vara de medir" de la Unión Europea: mientras exige cada vez más obligaciones, costes y restricciones a los productores comunitarios, otorga a terceros países privilegios que minan la competitividad del campo europeo y confunden al consumidor.
En las próximas semanas, los Estados miembros deberán pronunciarse sobre la propuesta de la Comisión. El sector agrario exige que se frene este acuerdo en su forma actual y se introduzcan cláusulas espejo que garanticen igualdad de condiciones en el mercado.


