Melilla

El asalto registrado en la madrugada de este lunes de esta madrugada por parte de decenas de inmigrantes a la valla de Melilla supone el primero de este año en esa frontera que vivía una situación de calma desde el pasado 29 de diciembre. En esa fecha se produjo la última avalancha de inmigrantes ilegales, que cerró un año en el que se produjeron numerosos intentos masivos de entrar en España. Los meses más conflictivos fueron septiembre y octubre que se saldaron con ocho víctimas en la frontera melillense desde el verano.

Dos inmigrantes han muerto y siete resultaron heridos en el asalto a la valla que separa Melilla de Marruecos. Según informó el Ministerio del Interior, una de las víctimas mortales falleció a consecuencia de la caída desde la valle de seis metros de altura. Otras informaciones apuntaban a que pudo haber sido abatido por disparos de las fuerzas de seguridad marroquíes. El incidente fronterizo se cobraba la vida de otro inmigrante por causas aún no aclaradas. El delegado del Gobierno en Melilla, José Fernández Chacón negó que se tratará de una avalancha ya que "sólo" participaron entre cincuenta y setenta personas.

La promoción de Melilla como destino turístico para el mercado nacional y polo de inversiones para empresas del conocimiento ha trasladado a Madrid a la cúpula económica del Gobierno de la Ciudad Autónoma, con su presidente a la cabeza.

La reforma del Estado autonómico debe cruzar el Estrecho. Así lo ha pedido Juan José Imbroda, que recuerda a Zapatero su promesa de impulsar un estatuto de Comunidad Autónoma para Ceuta y Melilla. El presidente melillense, Juan José Imbroda, quiere personalidad jurídica plena, entre otras cosas, para estar presente en el foro bilateral España-Marruecos, donde se discute sobre la política de inmigración. "Cuando Marruecos colaboró, el problema de la inmigración ilegal desapareció", ya que era Marruecos "la que podía impedir el problema". Imbroda anuncia que va a trabajar "ahora con más ahínco" para que Melilla sea considerada comunidad autónoma.

El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, anunció en el Senado que presentará, en las próximas semanas, un Plan Estratégico de Ciudadanía e Integración de los inmigrantes. En este sentido, el senador del PP, Dionisio García Carnero, criticó la política de inmigración de Caldera y le llegó a plantear que abandone esa tarea: "Debería usted propiciar que otra persona más sensata y responsable se ocupe de este tema". También le recordó que "no se le ha visto ni en Ceuta, ni en Melilla, ni en Canarias".

La tercera de las vallas anunciadas en octubre por la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, la "sirga tridimensional", ha comenzado a instalarse este martes en el perímetro fronterizo de Melilla. Con ella se pretende impedir el paso al territorio español a avalanchas de inmigrantes como las que el pasado mes de octubre intentaban saltar la valla en las ciudades autónomas. Con este nuevo sistema, se pretende retardar el tiempo que tarda un inmigrante en superar los obstáculos mientras impide que se lesione.

La normalidad se ha asentado en el barrio musulmán de la Cañada de Hidum, en Melilla, después de que este lunes se registraran enfrentamientos entre un centenar de vecinos y policías. Los violentos levantaron barricadas y lanzaron piedras contra los agentes. Tres personas fueron detenidas y puestas en libertad. Sólo una joven que recibió una pedrada resultó herida leve. El brote de violencia se desató después de que un policía se disponía a detener a un joven y unas cincuenta personas se abalanzaron sobre la patrulla.

El barrio de la Cañada de Hidum de Melilla, habitado mayoritariamente por musulmanes, sufre aún a última hora de este lunes una oleada de disturbios tras una intervención de una dotación del cuerpo policial desplegada en la zona para realizar un arresto. Los incidentes comenzaron poco antes de las seis de la tarde cuando un agente se disponía a detener a un joven y prácticamente medio centenar de vecinos se abalanzó sobre la dotación policial trasladada a la barriada impidiendo la detención y liberando al arrestado.

El Sindicato Unificado de Policía (SUP) ha solicitado que se cierre el paso fronterizo habilitado para el tráfico de mercancías entre Ceuta y Marruecos ante la imposibilidad de controlar a las más de 3.000 personas que cruzan a diario la zona para realizar actividades comerciales. La petición se ha realizado después de que el jueves una avalancha de más de 2.000 personas provocara siete heridos. El secretario del SUP, Andrés Carrera, ha señalado que Marruecos cierra su lado del puente "cuando quiere", por lo que ha pedido medidas a la Delegación del Gobierno.