La presidenta de la Comunidad de Madrid tenía un acto este martes por la mañana en la localidad madrileña de Las Rozas. Desde allí se pronunció sobre la grave crisis institucional que vive el país después de que el Gobierno cuestione abiertamente las decisiones del Tribunal Constitucional, que ha decidido frenar la reforma legal impulsada por él mismo en el Parlamento para cambiar por la vía exprés el funcionamiento tanto del Consejo General del Poder Judicial como del Alto Tribunal.
Una vez conocida la decisión de estimar la medida cautelarísima solicitada por el grupo parlamentario del PP se produjeron declaraciones institucionales en cascada tanto de la presidenta del Congreso de los Diputados, como del presidente del Senado así como del ministro de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática. Todos acataron la decisión del TC pero arremetieron con dureza contra el tribunal, especialmente este último, Félix Bolaños.
Así, minutos después de la declaración institucional que ya este martes realizó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que responsabilizó al PP de la crisis y anunció que tomará "medidas precisas" pero no dijo cuáles, Isabel Díaz Ayuso mostró su preocupación por la preocupante deriva gubernamental.
"A tenor de lo que vimos la pasada madrugada y después de las declaraciones que acaba de realizar el presidente del Gobierno, nosotros pensábamos que cesaría inmediatamente al ministro de Presidencia o incluso dimitiría el propio presidente, pero no. Es una patada hacia delante para volver a separar y enfrentar al Parlamento con la Justicia", declaró la jefa del Ejecutivo regional.
"También para volver a decir que en España hay que elegir entre la democracia y los jueces, algo que es gravísimo y que se ha visto en otros países cuyos ciudadanos han abandonado sus territorios para venir aquí y encontrarse de nuevo con la misma", advirtió Ayuso, quien volvió a subrayar que su Gobierno hará "todo lo contrario, que es defender la separación de poderes, la libertad y el Estado de derecho, que es el último recurso que le quedan a los ciudadanos cuando los proyectos totalitarios cogen fuerza".