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Enrique de Diego

La única solución posible

La idea de que Eta no debe ser vencida es una legitimación de la violencia. La idea de que el escenario final ha de ser una negociación es una legitimación de la violencia y un mecanismo de alimentación continua del conflicto. La idea de que la violencia es fruto de la existencia de un conflicto político es no sólo una legitimación sino un intento de dignificación del asesinato. Ese conjuntos de ideas son el sustrato inmoral de Estella/Lizarra, ese suicidio ético del nacionalismo presuntamente democrático.

El acuerdo norirlandés, que no es ejemplo sino imitación de lo hecho aquí con el Estatuto de Guernika, aunque con la prevención del expreso abandono de reclamación de soberanía por Irlanda y el Ira, contempla la violencia como un conflicto en sí mismo, porque la violencia va directamente contra la democracia -y los derechos humanos- como sistema que establece la alternativa de gobierno sin derramamiento de sangre.

La solución policial es el único camino posible y seguro para caminar hacia la paz y para, mientras tanto, reducir el máximo posible el número de víctimas. El Estado de Derecho hace imprescindible esa solución como la capacidad de los ciudadanos de disfrutar de sus derechos sin coacciones ni riesgos para su vida. Y ello precisa de que no haya subterfugios ni zonas de sombra. Las nuevas detenciones del aparato político de Eta o de la Eta interior camina por esa senda de reforzamiento de un Estado de Derecho respetable y respetado.

No está de más recordar que Ibarretxe gobierna gracias a los votos de los detenidos y se mantendrá en las mociones de censura gracias a su inasistencia y su apoyo tácito.

En Opinión