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Federico Jiménez Losantos

Todas las denuncias llevan a Garzón

Loyola de Palacio estaba harta de las insinuaciones malévolas y antijurídicas de ese engendro socialista llamado Fiscalía Anticorrupción, que ha elevado a la oficina europea anti-fraude nada menos que una denuncia de "fraude generalizado" en el caso del lino. No hace falta recordar que el dichoso caso fue el gran cartel de denuncia del PSOE en las ya olvidadas elecciones europeas, cuando Loyola se enfrentó a Rosa Díez y cuando Bono parecía el seguro delfín de Felipe González. Pasaron aquellas elecciones, pasó Rosa Díez y pasó Bono, pero el lino seguía coleando y produciendo titulares en las astutas manos de Castresana y Villarejo, dos izquierdistas de carné capaces de imputar a no se sabe quién un "fraude generalizado" basado en no se sabe qué.Ni corta ni perezosa, Loyola decidió zanjar el asunto presentando en la Audiencia Nacional una denuncia que obligara a cerrar de una vez el caso. Error, inmenso error. Debería saber que lo mismo que en el pasado todos los caminos llevaban a Roma, en la Audiencia todas las denuncias llevan a Garzón, sobre todo si el caso es susceptible de publicidad. Entró la denuncia, se produjo el reparto y el caso del lino, naturalmente, le toco a Garzón.¡Cómo no!

Con su diligencia habitual cuando olfatea la publicidad política, a Garzón le ha faltado tiempo para citar a declarar a Loyola de Palacio, pero ya, el próximo viernes. Y a partir de ahí, puede citar a todo el mundo, empezando por los empresarios ligados política y familiarmente al PP y terminando por el verdadero creador del Caso del Lino, que no es otro que el presidente manchego José Bono. Si se pone serio, quiero decir si lo finge, incluso podría hacer declarar a Villarejo y Castresana, porque la denuncia de fraude generalizado es probablemente lo más irregular de este caso que nació como Carnaval Electoral y puede terminar como el Rosario de la Aurora.

Dos posibilidades se abren ahora ante De Palacio: aprovechar las cámaras para montar un contra-juicio del lino, obligando al PSOE -incluída la Fiscalía Anticorrupción- a precisar sus denuncias y, de no poder hacerlo, archivar definitivamente el caso, o bien lo que, dados los precedentes, sería tal vez más sensato: recusar a Garzón. La causa no puede ser más clara: Bono, "creador" del Caso del Lino, fue el que le preparó a Felipe González el fichaje de Garzón para las listas del PSOE en el 93. Esa turbia y estrecha relación entre el período pre-gálico y post-gálico del juez con Bono y el PSOE debería haberle llevado a éste a abstenerse en este asunto y dejar que corriera el turno. Como no lo ha hecho, es señal de que le apetece el numerito. ¿Contra el PP, contra el PSOE, contra ambos? ¡Quién sabe! Lo cierto es que por huir de la publicidad y buscar Justicia, Loyola de Palacio acudió a buscar Justicia y se ha encontrado con la publicidad. Eso pasa por buscarla en la Audiencia Nacional, que para el viernes estrena nuevo vodevil: "Loyolina o quíteme usted el lino", con letra de Bono y música de Garzón. En la taquilla se ha colgado el cartel de "No hay billetes". Expectación entre el Respetable. La Reventa, a reventar.

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