Expertos en la materia aseguran que un equipo de fútbol es, por encima de todo, un estado de ánimo. Si lo que sienten los jugadores es el desasosiego de una situación volcánica, de un presidente criticón o un entrenador en la cuerda floja, lo más probable es que ese equipo no ofrezca su mejor imagen. Al contrario, si el sentimiento que se recibe por parte de una plantilla es de cariño y de tranquilidad, será difícil que con buenos jugadores no se practique buen fútbol.
La imagen que ofreció el Real Madrid en Mestalla es la de un equipo campeón. No es sólo el asunto numérico –que tiene su importancia– sino que el equipo, que al inicio de la Liga tenía buenos jugadores, ha logrado ensamblar un conjunto rocoso. Analizado desde ese punto de vista, el Madrid de Vicente del Bosque (probablemente, a imagen y semejanza de su entrenador) ofrece la templanza como estado de ánimo preferencial. Nada altera al equipo. Nadie (Helguera, Michel, Savio) está por encima del grupo. La solidez es total, hasta el punto de que un eufórico Jorge Valdano dijo a la conclusión del encuentro lo siguiente: "Ha sido una lección magistral desde el banquillo". Del Bosque parece afianzado en su puesto.
Aunque no creo que la Liga esté ya ganada, la victoria de Mestalla ha supuesto un golpe de autoridad enorme para los rivales de los madridistas. Además, ¿qué ofrecen como contrapartida Deportivo de La Coruña, Barcelona o Valencia? A este último le ha golpeado duramente "Bruno el del mazo" en el transcurso de la etapa reina; el Barcelona no para de hablar del Madrid (malo, muy malo para el club catalán), y el Deportivo de La Coruña aparece ya a "dos partidos y medio" del líder. Los números blancos sólo los supera en Europa el Manchester, y estadísticamente hablando son mejores que los conseguidos por el Real de Capello. ¿Se puede pedir más?
Para Florentino Pérez resulta esencial arrancar su mandato con la obtención de una Liga. Como a los militares el valor, al presidente se le supone el título que premia la regularidad de todo el año. Más aún tras el fiasco de la Supercopa de Europa, la Copa Intercontinental y la Copa del Rey. Con la auditoría de gestión bloqueada, y la reestructuración económica empantanada a la espera de lo que pueda pasar con la ciudad deportiva, sólo la Liga puede darle un empujoncito al presidente. El lo sabe, lo sabe Del Bosque y lo conocen los jugadores. Por eso ahora van dando por España una imagen de campeón.

Imagen de campeón
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