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Si Zapatero quiere mantener la catastrófica situación de la Justicia, su enfeudamiento al poder político y el sistema de cuotas que ha acarreado su desprestigio, Zapatero no es una esperanza sino la confirmación de un peligro. Estamos ante una reencarnación de Felipe González, con el problema añadido de tener menos años y de pillar a la ciudadanía con menos defensas. El Consejo del Poder Judicial es la prueba del algodón de la voluntad regeneradora de la democracia y muy especialmente de la voluntad de regenerar el PSOE. Si Zapatero no está por la labor, vale más que vuelva Felipe González. Mejor el original que la copia fresca.

No hay problema más grave en España, aparte del terrorismo, que el de la Justicia. Y además uno de los aspectos peores del terrorismo es precisamente el de la inoperancia judicial, así que también por el lado del terrorismo la Justicia es un problema primordial. Y a nadie se le oculta que si la intención del PSOE al cambiar la Ley Orgánica del Poder Judicial --violentando el espíritu y la letra de la Constitución-- pudo haber sido buena, los resultados han sido pésimos. ¿Le gusta a Zapatero que sepamos lo que va decidir un juez antes de que pronuncie su sentencia porque sabemos qué partido lo nombró? ¿Le parece que esa es la idea de la Justicia que debe arraigar en españa? ¿Ese es todo el cambio que cabe esperar del nuevo Secretario General del PSOE?

Zapatero está defendiendo los derechos malamente adquiridos de lo que por analogía con la "Banda de Interior" se ha dado en llamar la Banda del Poder Judicial. Es lo peor del felipismo y además es imposible distinguirla de los abogados de "un grupo de comunicación", que es como siempre llaman los sociatas al Imperio de Polanco. Si a Zapatero le gusta, no nos puede gustar Zapatero. Mientras la alternativa al PP siga siendo el pasado felipista, el futuro seguirá siendo del PP. Con Aznar y sin Aznar.

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