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Amando de Miguel

Los trabajadores y las trabajadoras

También se puede decir los ciudadanos y las ciudadanas, los españoles y las españolas, entre otras cansinas locuciones del mismo estilo. Suele ser un rasgo de las personas públicas que a sí mismas se consideran progresistas o de izquierdas, pero la tendencia es a que la cantinela se extienda. Es un vicio del lenguaje público que produce fatiga en los oyentes. Lo más curioso es que no suele ser sistemático. Es decir, una misma persona -pongamos, un líder sindical- introduce la muletilla de “los trabajadores y las trabajadoras” para empezar su discurso. Sin embargo, a media que avanza, ocasionalmente se queda con la fórmula de “los trabajadores” como correcto genérico masculino. Sobre todo en el caso de “los parados” es raro que se diga “los parados y las paradas”. No se me alcanza por qué una persona que se dice progresista tenga que prescindir del masculino genérico. Lo que quiere ser un respeto para la mujer, no pasa de una forma de hacer el ridículo.



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