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Enrique de Diego

La impostura moral de IU

El partido socialista gobierna en coalición con Izquierda Unida en Santa Pola, la ciudad sacudida por la crueldad criminal del terrorismo nacionalista. Pero, en una ficción insostenible, los restos del Partido Comunista defienden una cosa en Santa Pola y otra bien distinta en Vitoria, donde IU es la comparsa del nacionalismo y donde va de la mano de Batasuna pidiendo la secesión del País Vasco, fin que se utiliza para matar a una niña de seis años y a un buen ciudadano.

De esta forma, votar a Izquierda Unida en Santa Pola establece una complicidad política con los asesinatos y una sintonía moral con Batasuna, que, en realidad, esos votantes están lejos de sentir. Pero esa es la obviedad. La abrumadora contradicción interna.

El Gobierno y el PP, para ilegalizar a Batasuna, cuenta con el respaldo del PSOE y negocia los votos de CiU y Coalición Canaria. Con Izquierda Unida no es preciso ni hablar. En el caos moral en el que ha sumido a esa formación el tándem Llamazares-Madrazo, IU es una fuerza política que respalda a los proetarras para que puedan, amparándose en la legalidad, organizar y perpetrar atentados, señalar objetivos, amedrentar a demócratas, desarrollar la violencia callejera y formar a los terroristas que luego asesinan en Santa Pola, donde IU está en el poder.

El cinismo de IU sólo tiene parangón con el del PNV. No puede decirse que lo supere, porque eso es imposible. Pero, en muchos aspectos, lo iguala, pues Madrazo y Llamazares no dejan de ser los mamporreros plebeyos de Arzalluz e Ibarretxe, pero con el añadido de la incoherencia de que se pretenden un partido nacional, que en el País Vasco está por la independencia y es probatasuno, y fuera de allí –por ejemplo, en Navarra– está supuestamente contra la independencia y contra la violencia.

La situación es tan caótica, penosa e inmoral que Llamazares y Madrazo merecen un anexo en el Libro negro del comunismo.

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