La frase hecha se repite en todos los medios y con todos los acentos: “Estados Unidos es el país que más contamina”. Cualquiera que haya vivido en los Estados Unidos sabe que la contaminación es mucho más baja que en Europa y no digamos que en los países semidesarrollados, como México. Lo que ocurre es que Estados Unidos es el país que más produce en términos absolutos. Además, en ese país la energía resulta barata lo que lleva a un cierto derroche. Pero lo fundamental es medir la contaminación por unidad de producto, lo que lleva a concluir que la frase hecha es errónea. Lo es por otro factor, el de la densidad. Estados Unidos es un país continental con una densidad de población muy baja. La imagen de Nueva York resulta excepcional. Una gran parte de la población estadounidense vive diseminada en el campo; por eso consume una gran cantidad de energía. Una última razón que explica la escasa contaminación (por unidad de producto) de los Estados Unidos es que se puede permitir el lujo de “exportar” las actividades más contaminantes. Puede que esa defensa sea injusta, pero la frase hecha resulta falsa. Entre paréntesis, casi todas las frases hechas tienen un punto de falsedad.
El país que más contamina
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