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Federico Jiménez Losantos

La lista de Polanco: ya están casi todos

Aún no tiene legalmente concedido el monopolio de hecho de la comunicación española (o mejor, en España) y ya se pelean los políticos populares con los socialistas por aparecer a su diestra. Don Jesús estuvo exultante en la puesta de largo de su futuro y ató cortos a los que deben procurárselo. Junto a González, Solchaga, Pepino Blanco, Bono, Marcelino Iglesias, Areces, Rodríguez Ibarra y Trini Jiménez, el PP colocó en la foto nada menos que a su vicepresidente primero, Mariano Rajoy, y allí le aguardaba, desde que en 1996 quiso dar el golpe extraparlamentario contra Aznar, el siempre fiel Ruiz Gallardón. Fiel a los enemigos de Aznar, claro está, que ahora son los amigos de su Gobierno.

Junto al número dos del aznarismo, figuró el holograma del ministerio Birulés, ahora Piqué, don Borja Adsuara. Así, lo vivido y lo pintado competían en realismo. Pero nada podían al comparar su fervor reciente con el acreditadísimo de Luis María Ansón, el que denunció la conspiración político-mediática del PP y los periodistas antifelipistas para echar del Poder antidemocráticamente a González, entonces ya socio académico de Cebrián y ahora verdadero factótum de la radiotelevisión del PP. Allí estaba también, como escapado de la cámara secreta de Keops, José María Cuevas o Cavernas, el que proclamó la política económica del PSOE “la única posible”, para mortificación de Rato y Aznar. Hasta Jesús Gil estaba allí, rindiendo pleitesía al feliz amigote de Florentino Pérez, por si las moscas y los jueces.

Si no había más personajes del PP y del PSOE es porque no cabían o porque no los habían invitado por puro problema de aforo, ya que la voluntad de Don Jesús quedó tan clara como su generosidad: nadie o casi nadie se tendrá que ir de España, como anunció en su día a sus enemigos. ¿Para qué, si los tiene a todos consigo? Además, mandó un mensaje de asepsia periodística, por si cuela: su imperio audiovisual “sólo ha pretendido siempre dar información y entretenimiento”. El entretenimiento ha sido, por citar sólo los últimos hitos en esa vocación, apoyar al PNV contra el PP y torcer la voluntad del PSOE para que se una a Arzallus, aunque sea a costa del marco constitucional. También resultó entretenidísimo el apoyo brindado a Marruecos en sus pretensiones de arrancar a Ceuta y Melilla del solar español, aunque sólo sea por fastidiar a su Gobierno legítimo. Y en todas las campañas electorales el PP ha aparecido en la SER, Canal +, El País y sus infinitos aledaños de entretenimiento informal como el partido de Hitler y de Franco; en la del 2000, el de los asesinos de García Lorca.

A cambio, hay que reconocer que apenas ha informado y no ha dejado opinar a su amplísima nómina de escribas de lujo y fariseos probados sobre la boda de los Aznar en el Escorial. Vaya lo uno por lo otro, con ventaja para lo otro, que es lo único que importa al Uno. De ahí para abajo, todos los números quieren salir en el bingo político de Don Jesús. En la próxima inauguración va a tener que hacer dos sesiones, para que quepan todos. O aparecerse en videoconferencia a los dos grandes partidos, a las Cortes, al Gobierno en pleno, a las instituciones, a todos los candidatos municipales y autonómicos, a la Academia, a la sociedad civil y a los exiliados por oponerse a sus designios. Para redondear su nueva imagen, Polanco debería promulgar una amnistía el próximo 12 de Octubre. Así desfilarían ante él los ejércitos y España entera celebraría con alborozo la verdadera y definitiva Fiesta Nacional.

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