Me da una envidia insana cuando veo las cifras de registro de dominios de otros países. Cierto que es injusto compararnos con los 21 millones de dominios .com que existen en la actualidad. Pero no creo que lo sea el contraste de ver que en Alemania son más de 5 millones las páginas .de, casi 700.000 las .it italianas o 400.000 las .br brasileñas, mientras que nosotros nos quedamos en 36.000. Todo un éxito por el que no podemos sino felicitar a las sucesivas administraciones que se han pasado a saludar a los internautas españoles.
Piqué se ha decidido a aprobar los llamados dominios de tercer nivel. Serán cinco: com.es, nom.es, org.es, edu.es y gov.es. Esta subdivisión ha tenido un notable éxito en países como Argentina (com.ar) e Inglaterra (co.uk), en los que la gestión de los subdominios comerciales es flexible y barata. Es decir, todo lo contrario que el burocratismo y la lentitud de red.es. En Argentina, por ejemplo, se pueden obtener gratis con presentar tus datos. Aquí cuestan 18.000 pesetas al año (las virtudes de la gestión pública hay que pagarlas, ya se sabe), cumplir un número largo de reglas absurdas y esperar más de un mes a que su graciosa majestad se digne en aprobar nuestra humilde petición.
Estos nuevos dominios pueden tener éxito entre los españoles a los que se les hayan adelantado al intentar obtener su nombre en Internet con los sufijos más populares. Pero sí, y solo sí, la gestión de los mismos se realiza bajo unas premisas completamente distintas y su precio es similar a los dominios más baratos de primer nivel. La nota de prensa de red.es habla de la posibilidad futura de registro en línea, que es lo mínimo imprescindible, aunque ni siquiera pone fecha a la apertura real de los subdominios de los que estamos hablando. Eso sí, los abrirá ella. Quizá después permita graciosamente a las empresas registradoras que se encarguen de ayudar. El control, para el Estado. Me da mala espina.

pi.org.que.com.es

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