Querido Pablo:
Llegó la hora. Los ciudadanos catalanes tienen en su mano este fin de semana cambiar el curso de la historia en su comunidad y, por lo tanto, de España. No creo que les haga mucha falta la jornada de reflexión, que, como ya descubrí en las generales, sólo nos sirve a los periodistas para descansar de quince días de traca. Sobre todo, porque supongo que los catalanes habrán reflexionado muy mucho sobre el devenir de su president en estos quince días de campaña. Lo cierto es que si hay alguien que contiene el aliento, ése es Pere Navarro, flamante candidato del PSC. Tan paupérrima es la situación de los socialistas catalanes, que por no tener no tienen ni trakings, esos sondeos internos que realizan día a día los partidos en los periodos de campaña y precampaña. ¿El motivo? No hay dinero. Y por ello mendigan, como las pequeñas formaciones, los sondeos que hacen las grandes. Siempre hay un amigo o confidente de otro partido que "te echa un cable" largándote los resultados de los suyos y así te ahorra un dinerito.
Total, pa na. Porque de esa forma alternativa se han enterado los socialistas catalanes de que podrían quedar por debajo incluso de 15 escaños en el Parlament. Vamos, una auténtica tumba política. Así las cosas, se explica la ausencia "descarada" de Rubalcaba de la que hablan los tuyos y que tan en vilo tiene a la formación. Aunque yo más bien diría que más destacable que la ausencia de Rubalcaba fue su presencia... pero en Berlín. Justo al día siguiente de ese debate en 8TV en el que Pere Navarro pidió un referéndum en Cataluña "como en Escocia", Alfredo se fue a Alemania a entrevistarse con el candidato del SPD. Y ¿qué dirías tú que le preguntaron los periodistas alemanes? ¿Presupuestos europeos? ¿Cumbre? ¿Grecia? Pues no. Lo que despertó su atención fue lo mismo que a nosotros, cuál es la postura de Rubalcaba sobre el referéndum. "No he venido a Berlín a hablar de la propuesta de Pere Navarro", dijo un secretario general a quien le persigue el fantasma del referéndum y que acabó sentenciando que "quedan todavía muchas cosas para eso. Lo primero, que los catalanes voten el domingo".
La realidad, querido Pablo, es que el problema de las discrepancias con el PSOE empieza y acaba aquí: con las elecciones. Porque a partir del domingo al PSOE se le va a abrir un nuevo frente insalvable que dista mucho de ser Fuenteovejuna. La catarsis que se espera el mismo lunes 26 será de tales dimensiones que nadie puede prever los efectos en el actual organigrama de un partido en el que cada uno va a lo suyo. De momento, lo que sí hemos sabido es que Rubalcaba ha movido su primera fecha de cara a esa cita: adelantar el calendario para la modernización del partido –el comité federal y el territorial– para justo antes de su aniversario político, el 5 de febrero, de tal manera que el 12 de enero, en la última cita del órgano federal, ya sabremos cuánto será posible postergar la renovación y quién está con quien.
Hasta que eso llegue, los míos andan preocupados y ocupados en dos cosas. La primera es la actitud de tu Gobierno con las cuentas suizas de Artur Mas. El poli bueno Rajoy, que pasa del espectáculo, mientras los malos, Soraya y Montoro, insinúan pero no dicen que Artur Mas estafa a Hacienda y le recomiendan "regularizar" su situación. Algo que ciertamente no ayuda a esa imagen de una Justicia independiente ni a calmar los ánimos de cara a estas elecciones. Y la segunda, el tasazo o hachazo judicial, según lo calificó Llamazares. Y te diré que en ambas cosas estoy de acuerdo. Sobre todo en la segunda. Y te dará un motivo de peso. ¿Qué habría pasado si las doce familias catalanas no hubieran tenido 1.200 euros para recurrir ante el Supremo la inmersión lingüística?
Nos vemos el domingo en Barcelona. Un beso,
Ketty.