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Guillermo Dupuy

Con el apoyo de ERC… y de Rajoy

Rajoy, con tal de no suspender y tener que castigar con la intervención al manirroto gobierno catalán, es capaz de financiar cualquier cosa.

Tal y como era previsible, y con tal de que Mas cumpla su compromiso de llevar a cabo su ilegal consulta secesionista en 2014, ERC acaba de anunciar que está incluso dispuesta a respaldar que la Generalidad apruebe lo que ha denominado unos "presupuestos de resistencia".

Aunque el apoyo de esta formación secesionista de izquierdas a la futura política de ajuste de CiU no fuese al final tan amplio como para alcanzar "recortes ideológicos" –tales como, en su opinión, serían la privatización de servicios públicos o la supresión del impuesto de sucesiones–, su secretario de Comunicación ha querido dejar claro que su partido es consciente del "escaso margen de maniobra" del que dispone el gobierno de CiU y que está dispuesto a "asumir las responsabilidades que haga falta".

Algunos dirán que, por mucho que ERC parezca dispuesta a ofrecer en el altar de la independencia una política de ajuste contraria a sus principios favorables al gasto público, la exigencia de cumplir con los objetivos de reducción del déficit forzarán recortes de tal envergadura que finalmente su apoyo a CiU no llegará tan lejos y acabará rechazándolos sobre la base de que son "ideológicos".

Podría ser así, efectivamente, en el caso de que CiU se fuera a tomar en serio lo de la reducción del déficit público. Pero Mas ni lo ha hecho de verdad hasta ahora ni es probable que lo haga en el futuro. Es más, llegado este caso, de tener CiU que hacer auténticas políticas de recorte del gasto público, no hay que descartar que, a falta del apoyo de Esquerra, fuera el PP el que diera su respaldo, por mucho que Mas mantuviera su ilegal y costosa consulta soberanista.

Lo más probable, sin embargo, es el peor escenario, a saber, que el Gobierno de Mas haga tímidos e insuficientes recortes del gasto público, perfectamente asumibles por ERC, y que el gobierno del PP, pese a ello, siga financiándoles la fiesta, nacional y socialista, a cargo del Fondo de Liquidez Autonómica. Y es que, por mucho que algunos se crean que Mas se enfrenta a la cuadratura del círculo, cuando es Rajoy el que tiene que enjuiciar y castigar, los ladrillos pueden pasar por ruedas.

Por mucho que la impostada firmeza de una Sánchez Camacho asegure que el PP no apoyará a Mas mientras este no se olvide de su consulta, lo cierto es que CiU no necesita tanto los votos del PP como contar –seguir contando– con la financiación del gobierno de Rajoy. Y Rajoy, con tal de no suspender y tener que castigar con la intervención a una comunidad autónoma en manos nacionalistas, es capaz de dar un aprobado general a todas las autonomías.

Algunos sagaces analistas seguirán, no obstante, dando por muerto a Artur Mas tras el batacazo de CiU en las últimas elecciones. A mí, sin embargo, me sigue pareciendo que este muerto sigue gozando de muy buena salud. Y no tanto gracias a ERC como por culpa de Rajoy.

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