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Antonio Robles

Lobos con piel de cordero

Es en la lluvia fina que se esparce desde las organizaciones cívicas nacionalistas donde se dilucida la posible ruptura con España.

Es en la lluvia fina que se esparce desde las organizaciones cívicas nacionalistas donde se dilucida la posible ruptura con España.

El engaño como método ha sido utilizado por el nacionalismo como el medio más eficaz para no soliviantar a sus víctimas con el fin de lograr sus objetivos sin oposición. Lobos con piel de cordero. Durante tres décadas nos mintieron. Mil veces lo he repetido. Armados con eufemismos, como la normalización lingüística o la cohesión social, echaron de las escuelas y del resto de instituciones el castellano. El modelo lo extendieron a los demás retos nacionales. Ahora pretenden convencer de las bondades de la independencia a los no nacionalistas con un catecismo cargado de cinismo y repleto de engaños.

La campaña ya está en marcha. Corre por las redes sociales y surge como setas en mesas de información por los puntos turísticos de las principales ciudades. Tienen la "poca vergonya" de repartir su propaganda, además de en catalán y algún idioma extranjero, en castellano. Deben ser los únicos impresos institucionales de Cataluña donde aparece actualmente el castellano. ¡Hay que tener muy mala fe para atreverse con engaño tan burdo!

Son preguntas diseñadas para engañar al incauto mediante dudas aparentemente resueltas con argumentos razonables, aunque en realidad sea una mezcla infumable de demagogia y cinismo. Como la campaña de asamblea.cat basada en dilucidar "7 dudas sobre la independencia". Se trata de disipar el temor de los no nacionalistas a la independencia, y de paso, convencerles de sus virtudes. El fin es sumarles a la ola soberanista, o en su defecto acomplejarlos ante ella para neutralizarlos.

Vean algunas de estas preguntas: "¿Podré continuar cobrando la pensión?" (en caso de lograr la independencia, se entiende). Además de argumentar que, de seguir en España, podríamos perderla, nos aseguran categóricamente: "Con el Estado propio incluso podríamos mejorar las prestaciones sociales". Otra: "Mi lengua es el castellano... ¿Mantendré mis derechos lingüísticos?" Y sin inmutarse, concluyen: "Ninguno será marginado por razones de lengua, ni por ninguna otra razón". Claro, que en el razonamiento general de la pregunta han dejado caer: "El catalán es y ha de seguir siendo la lengua propia y común del país, pero a nivel personal cada cual podrá hablar en la lengua que quiera". (Solo les faltó recurrir al bando del general Álvarez Arenas que, en nombre de Franco, decía en Barcelona el 27 de enero de 1939: "Estad seguros catalanes, de que vuestro lenguaje en el uso privado y familiar no será perseguido"). Y una tercera: "Prefiero seguir siendo español... ¿Mantendré mi nacionalidad?". La respuesta es para enmarcar: "Podrás ser lo que quieras sin problemas". Y así, como decía Umbral.

¡Es increíble que la ANC (Assemblea Nacional de Catalunya), que organizó la Diada independentista del último 11 de septiembre y las consultas populares de 2009/2011, nos quiera convencer de que la independencia garantizará a los castellanohablantes los derechos lingüísticos que ahora mismo no respetan, o que nos podamos sentir españoles en Cataluña en un futuro Estado catalán, cuando llevan décadas vomitando pestes contra España!

Pero no está sola la ANC. Otras 14 entidades forman parte de esta pedagogía de la bondad: Ómnium Cultural, Plataforma por la Lengua, Asamblea Nacional Catalana, Asociación Catalana de Profesionales, Asociación de Municipios por la Independencia, Círculo Catalán de Negocios, CIEMEN, Colectivo Emma, ENS, Fundación Cataluña Estado, La Fábrica, Plataforma pro Selecciones Deportivas Catalanas, Soberanía y Justicia, y Soberanía y Progreso. Juntas han creado una página Web, elclauer.cat con 70 preguntas y sus respuestas con el objetivo de dar argumentos a favor de la independencia. Paradójicamente, la asociación más beneficiada por las subvenciones de la Generalidad, Òmnium Cultural, pone en cuestión el estatus futuro del castellano; y la Plataforma per la Llengua, otra de las asociaciones adheridas, apela directamente a que se declare al catalán como única lengua oficial. Vean en este enlace cómo ganan la guerra de la opinión pública y refuerzan su hegemonía cultural.

Aunque los grandes medios de comunicación se centren en las tensiones entre los líderes políticos como Mas o Rajoy, es en la lluvia fina que se esparce desde las organizaciones cívicas subvencionadas por el nacionalismo oficial en el poder donde se dilucida la hegemonía política en Cataluña y la posible ruptura con España. Es en esta pedagogía subterránea donde el independentismo está ganando la guerra a la Ley. Cuando esa intendencia se generalice, la hegemonía constitucional de los capitostes que hoy dirigen el Estado sin hacer nada para contrarrestarla será una herramienta inservible para frenar la deriva independentista.

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