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Cristina Losada

Podemos y el pariente pobre

Podemos quiere hacer ver que tiene la sartén por el mango. Por mostrar que es él quien manda en la izquierda

Podemos quiere hacer ver que tiene la sartén por el mango. Por mostrar que es él quien manda en la izquierda
EFE

Los que tengan por oficio el oficio de escribir sabrán que escribir corto cuesta más que escribir largo. De ahí que una haya encarado con escepticismo los cien folios que presentó el partido Podemos a la prensa. Es difícil definir, de entrada, qué es exactamente el largo y repetitivo texto. ¿Una reescritura del programa electoral del partido? ¿Acaso, aunque no lo parezca, su síntesis? ¿Un documento para sentar las bases de una negociación? Esto, sin duda, no lo es. Basta recorrerlo y leer por todas partes: "El Gobierno del Cambio se compromete a…", "el Gobierno del Cambio pondrá en marcha…", “el Gobierno del Cambio determinará….”, “el Gobierno del Cambio desarrollará….”, “el Gobierno del Cambio modificará….”. Que las mayúsculas no impidan ver el bosque: la formación de ese Gobierno no depende, en lo esencial, del partido Podemos. Precisamente por eso ha vertido sobre el papel otro desbordado río de tinta.

Es reconfortante que Podemos se haya unido al PP en la vindicación de la estabilidad como valor, si no supremo, al menos capital. Rajoy puede estar contento. Por fin hay otro partido que reconoce aquello que viene diciendo el PP desde 2011 hasta hoy mismo: es fundamental que haya un Gobierno estable. Cierto que hay alguna diferencia. El PP se limita a proclamarlo, dando por supuesto que todo el mundo lo entiende y que la estabilidad es él, mientras que Podemos acude a la politología para impartir una pequeña lección sobre las ventajas que en materia de estabilidad ofrecen los Gobiernos de coalición. Es decir, el suyo. Más aun, sostiene que un Gobierno con Sánchez de presidente e Iglesias de vicepresidente es un mecanismo de "check and balance" (checks and balances es lo canónico, pero lo singularizan). Yo no sé si Montesquieu suscribiría esta interpretación de la separación de poderes, pero sospecho que no le gustará a Sánchez.

Barrunto que no le hará gracia al encargado de formar Gobierno porque si algo exhibe el documento podemita es la intención de controlar. De controlar en el sentido fuerte de mandar. Tanto rezuma el texto la voluntad de cortar el bacalao en un Gobierno con los socialistas, que aquella inicial lista de ministros que le pergeñó Iglesias al PSOE se expande a una reordenación de todo el organigrama del Estado, que incluye una "redefinición" de la vicepresidencia que Iglesias se adjudica y el detalle de cómo se han de nombrar casi un centenar de altos cargos. ¡Menos mal que no íbamos a hablar de sillas! Pero el partido Podemos cree que tiene que demostrar que no es una pandilla de amateurs que no tiene ni idea de cómo va eso de gobernar y del Estado, y que está perfectamente preparado para sentarse mañana a las ocho en el Ministerio de Economía, Hacienda y Garantía Ciudadana, y saber qué hay que hacer. Es una de sus obsesiones. Bien, que no se diga que no conocen el organigrama.

Otro que estará contento con estas "bases políticas" del "Gobierno del Cambio" será Herrero de Miñón. Dos veces se le cita para argumentar que debe hacerse un referéndum en Cataluña. El argumento es curioso: como no se ha permitido ese referéndum, una parte importante de los catalanes "ha dejado de creer en un proyecto común, en esa voluntad de vivir juntos". Una diría que la parte que dejó de creer en un proyecto común fue la que situó en la agenda política el referéndum y la que convocó el simulacro del 9-N. Con el resultado conocido, por cierto. Ahora bien, que el partido Podemos se alíe de facto con los que nunca creyeron en un proyecto común para volver a la casilla del referéndum, que lo mantenga como imprescindible cuando se está negociando un Gobierno, no es señal de voluntad de pactar con el PSOE. Saben que los socialistas no lo aceptarán.

Pero qué importa. El documento no es una base para negociar, sino otro intento del partido Podemos por hacer ver que tiene la sartén por el mango. Por mostrar que es él quien manda en la izquierda. Y que el PSOE sólo es un residuo del antiguo régimen, como un pariente anciano y venido a menos al que se le permite vivir en casa, siempre a la sombra de Iglesias, bajo su check and balance, antes de mandarlo a una residencia.

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