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Agapito Maestre

Lección política

Cuatro meses de política espectáculo son suficientes para saber lo que se nos viene encima. Todo será peor.

Cuatro meses de política espectáculo son suficientes para saber lo que se nos viene encima. Todo será peor. Por desgracia, se han cumplido las predicciones hechas aquí en diciembre de 2015. Rajoy sigue firme en su principal propósito, a saber, hacernos tragar lo que no está en los escritos: más Podemos, más periodistas a su servicio, más corrupción y más miseria cultural, educativa y económica… Todo estaba escrito. A Rajoy le importa tanto España como a Podemos el Estado nacional. La ciudadanía va por un lado y los políticos por otro. Los políticos, representados magistralmente por Rajoy, no quieren entender qué sucedió el 20-D. Preparémonos, pues, para seguir sufriendo. Todo lo que viene será peor, mucho peor, que los jueguecitos de estos cuatro últimos meses.

El país se fanatizará aún más de lo que está. Crecerán la ira, la descalificación y el resentimiento de unos contra otros. El odio, sin duda alguna, seguirá siendo la fuerza fundamental del ecosistema político y social de España. Seguirá ausente la genuina política, sí, la posibilidad de entendernos unos con otros y, por supuesto, con quienes tienen opiniones radicalmente diferentes de las nuestras. Todo será sangre, sudor y lágrimas. No nos hagamos los sorprendidos. Estaba escrito. Los corruptos a lo suyo y los ciudadanos a sufrir. El Homo hispanicus resistirá. Si aguantamos una guerra civil y a Franco, no entiendo por qué no aguantaremos a Rajoy…

Principal lección, pues, de estos cuatros meses: negación de la política y a vivir a la intemperie. Los españoles de a pie nos vamos a quedar tiesos como la mojama. Los pobres más pobres y las clases medias se empobrecerán hasta su extinción. Los corruptos seguirán robando y los pocos ricos seguirán siendo más ricos. No pasa nada. O sea, el PP seguirá en el poder con la ayuda de Podemos. El PSOE aspira a no perder más votos a través de la resolución de su contradicción clave: por un lado, apoya a los independentistas y, por otro, negocia con Ciudadanos. Podemos consolida su número de votantes  agitando la ira y el resentimiento, a la par que se convierte en el principal portavoz de ETA en los Parlamentos de España y Europa (aquí lo apoya el PSOE). Ciudadanos persiste en construir un Estado-nación fuerte dentro de Europa, ojalá suba el 26 de junio, pero soy escéptico sobre su futuro. Y el resto es relleno para aplaudir el oxímoron de Julio Anguita: "Frente cívico", por favor, señores comunistas, el civismo es lo contrario de cualquier frente

Con todo, fue Rajoy quien, después de entrevistarse con el jefe del Estado, puso la nota más singular del entero fiasco que es hoy el sistema político español. Culpó al PSOE del fracaso de todos los problemas de España y, de paso, lo hizo responsable de que no se pudiera conformar un Gobierno. A Rajoy no le preocupan para nada sus propias responsabilidades. No se entretuvo en dar muchas explicaciones sobre lo que se le preguntaba, pero lo más importante de su comparecencia fue la exhortación que les hizo a los periodistas que hablaban con él: "Vamos, amigos, acabando, tenemos que irnos a ver el partido de fútbol del Manchester con el Madrid". Ahí está Rajoy en estado puro, de risa si no fuera trágico. Ahí está reflejado el político de los políticos de España, el presidente del Gobierno en funciones de un país lleno de corruptos, sin visos de formar un Gobierno estable y sin perspectivas de solución. Los españoles intuyen el futuro. Todo es empeorable. Ahí está el toque.

En España

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