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Antonio Robles

Nación de naciones

A los nacionalistas se les ha aparecido la virgen con la ocurrencia de Pedro Sánchez: "Cataluña es una nación, y España una nación de naciones".

A los nacionalistas se les ha aparecido la virgen con la ocurrencia de Pedro Sánchez:"Catalunya es una nación, y España una nación de naciones". Como siempre, este chico solucionando los problemas esenciales de la gente. Empezando por los propios: tiene que asegurarse los votos catalanistas del PSC para ganar las primarias. El trapicheo de siempre con los que mandan en España, los nacionalistas.

A su vez, a él se le ha aparecido Josep Borrell: "Catalunya es una nación, pero nación –aclara– no se identifica con soberanía política. Ése es el planteamiento que hace Pedro Sánchez". Con esta reflexión, dice La Vanguardia, Josep Borrell subraya que "Sánchez no quiere romper España". ¡Ah, mira!, ya nos deja más tranquilos.

La cuestión no es si Cataluña es una nación sin soberanía política, sino si el nacionalismo debe disponer del estatus de nación para llevar adelante sus fechorías. La cuestión no es si tal nación se reduce a una identidad cultural, a mera referencia del derecho a la diferencia étnico-lingüística. El problema no es siquiera el reconocimiento explícito de nación cultural, es la actitud del nacionalismo por instrumentarla para ser Estado. Al día siguiente de tal estatus, reanudarían la marcha hacia el reconocimiento de nación como sujeto jurídico soberano ¿O alguien lo duda? Estoy convencido de que Josep Borrell tampoco. Pero si no lo duda, ¿por qué lo apoya?

Es preocupante que un hombre como Josep Borrell, inteligente, preparado, ducho en la esgrima con el nacionalismo y en absoluto sospechoso de ser un chaquetero, renuncie a su pasado jacobino para caer en la telaraña del lenguaje nacionalista. Recuerden que Joaquín Almunia le catalogó de "jacobino irredento" en las primarias que perdió frente a él.

Me tranquilizaría que solo se debiera a flecos de su propio pasado con el aparato del PSOE, pero si de verdad apuesta por convertir a España en una nación de naciones ha de prever que el nominalismo legitima la concepción plurinacional de Podemos, paso previo para caer en una confederación de naciones con derecho a excluir. Curiosamente, aquello que con tanto ahínco y razones combatió en Las cuentas y los cuentos de la independencia.

P.D. Yo también estoy seguro de que los nacionalistas son una nación, su naturaleza sectaria y su mentalidad totalitaria los individualizan y los diferencian como grupo del resto. ¿Cómo lo voy a dudar? Pero los nacionalistas no son Cataluña, sólo son una parte de ella. Para quien no vea la diferencia les recomiendo el artículo de Santiago Trancón "Democracia real, ¿se acuerdan?":

La sociedad actual no es homogénea: ni ideológica, ni cultural, ni económicamente. Los vínculos que en otro tiempo sirvieron para crear grupos más o menos homogéneos (tribus, clanes, etnias, pueblos), basados en la identidad, han sido sustituidos por el único elemento posible hoy de integración social: la pertenencia a una comunidad política.

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