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Agapito Maestre

VOX y el lenguaje de Cs

¿Acaso tienen miedo los de Cs de ser persuadidos por los argumentos de VOX?

Gracias a una contingencia, pues que no deja de ser una contingencia la aparición o irrupción de un partido político como es VOX en Andalucía, estamos conociendo el verdadero ser de otras formaciones políticas más consolidadas y, por supuesto, informándonos sobre la calidad intelectual de ciento de agencias de socialización política. Sin la contingencia de VOX, creo que jamás habríamos sabido nada del tejido último del que está hecho Cs; incluso nos habría pasado desapercibida la ralea, o mejor dicho, la rara ralea de políticos como Manuel Valls a la hora de enjuiciar, o peor, de insultar a otra fuerza política. Y, por supuesto, el partido liderado por Abascal nos está dando la oportunidad de investigar la calidad de nuestra democracia tanto en el ámbito de la sociedad civil como en las transformaciones de la propia esfera pública-política.

Tenemos que estar, pues, muy agradecidos todos los españoles a esta contingencia, que quizá algún día se convierta en una necesidad, para orientarnos en la vida democrática española, aunque por el momento yo me conformo con el estímulo que nos ha traído para repensar nuestra dañada nación. Gracias, sí, a esa contingencia democrática tenemos la ocasión de adentrarnos en los más ocultos misterios de ciertos partidos, pero también en lo más obvio, en lo más superficial y, por supuesto, en los más a mano e inmediato de nuestra democracia, como es el uso que hacen los políticos del lenguaje. El lenguaje del politiqués será puesto a prueba sin ningún miramiento por los ciudadanos de a pie. Si en el pasado el lenguaje delataba a los políticos, ahora, con la aparición de VOX, puede que a muchos los iguale en perfidia y corrección política, o sea, en un grado cero de democracia. Traigo aquí como ejemplo de esta baja calidad de nuestra democracia la respuesta que dio una señora de Cs al comentario de un periodista insobornable. Quizá este ejemplo valga más que todo un programa ideológico para saber qué podemos esperar de un partido político.

Dieter Brandau, en su programa de esRadio, le recordó a la portavoz de Cs en el Senado de España, doña Lorena Roldán, que su compañero Toni Cantó, diputado de Cs por Valencia, defendía en el pasado idénticas tesis que VOX sobre la famosa Ley de Violencia de Género, a lo que replicó la señora senadora: "Eso sería, imagino, cuando Cantó pertenecía a otra formación política". Es obvio que esta señora sitúa por encima de todo, incluidos los criterios e inteligencias de una persona, la reglamentación represora de un grupo de interés como es un partido político. Por encima, sí, muy por encima de la inteligencia y creencia de los individuos en la actividad política la senadora de Cs pone la constricción del grupo. Dicho en corto y por derecho: el ciudadano Cantó no es nada, según esta señora, fuera de Cs. Es un poco dura e irrespetuosa la afirmación de esta señora con la inteligencia de su compañero, pero este tipo de actitudes sobre las capacidades individuales de los políticos, sin duda alguna, pertenece al mismo género de respuestas que dio la señora Calvo, vicepresidenta del Gobierno, cuando dijo que Sánchez cambiaba de criterio según le fuera en la feria: "Una cosa es lo que dijera Sánchez como diputado socialista y otra", exactamente la contraria, "cuando ostenta la presidencia del Gobierno".

Es obvio que esa utilización o manipulación del lenguaje no es creíble. Pero no entro en el análisis de las mentiras de estas señoras, cosa que cualquiera puede comprobar con facilidad, sino únicamente señalo que el lenguaje tiene un alcance y, cuando se sobrepasa, entonces todo puede suceder… No se trata de que un partido político sea más o menos líquido –por utilizar la metáfora de Ortega que ha hecho famosa Bauman–, sino que lo poco que es, o sea su liquidez o nadería, desaparece fácilmente ante cualquier mente decente. Si Cs decía ayer lo mismo que hoy dice VOX, pero a eso se le resta importancia para qué seguir debatiendo… Aunque hay algo aún más grave que engañar con la palabra, se trata de negarle la palabra al otro, individuo o grupo, por miedo a que te persuada. No puedo enjuiciar de otro modo más benévolo la actitud de los dirigentes de Cs cuando afirman, por un lado, que están abiertos a hablar con todos los partidos políticos pero, por otro, se niegan a hablar con los dirigentes de VOX. ¿Acaso tienen miedo los de Cs de ser persuadidos por los argumentos de VOX? En fin.

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