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Federico Jiménez Losantos

La toma del Palacio de Invierno de Meirás

A juzgar por la satisfacción de la Izquierda y el PP, diríase que han tomado el Pazo de Inverno dos Zares y proclamado A República Socialista Galega Ceibe.

A juzgar por la satisfacción de la Izquierda y el PP, diríase que han tomado el Pazo de Inverno dos Zares y proclamado A República Socialista Galega Ceibe.
El Pazo de Meirás.

Tras el asalto a la tumba de Franco, en virtud de esa Ley de Memoria Histórica que condena a media España a arrodillarse eternamente ante la otra media, como los Demócratas americanos ante los terroristas de Black Lives Matter, y mientras Martín Villa humillaba a la Nación declarando voluntariamente ante una grotesca y octogenaria criatura judicial argentina llamada Servini, "La Chuchi" o "Bada Budú Badía", por el presunto delito de genocidio desde 1936 a 1978, condenando la Transición y la democracia española, una jueza tomaba en primera instancia el Pazo de Meirás, regalo de varias instituciones gallegas a Franco durante la Guerra Civil y donde veraneó el dictador hasta la llamada del Altísimo, que no le advirtió de que la Iglesia a la que salvó dejaría que lo desenterrasen como a un perro. Sólo si el perro era franquista, claro. Si el can era comunista, descansaría en paz. A juzgar por la satisfacción de la Izquierda y el PP, diríase que han tomado el Pazo de Inverno dos Zares y proclamado A República Socialista Galega Ceibe.

El Pazo sería propiedad de Felipe VI

El argumento de la juez es de los más peregrinos que se recuerdan, pero si según el Tribunal Supremo, en su ala tendencioso-administrativa, era "urgente" sacar a Franco del Valle de los Caídos después de cuarenta años enterrado, nada en la relación de los Franco con la Justicia puede ya sorprendernos. Abochornarnos, mucho. A los jueces decentes, muchísimo.

Dice la briosa jueza gallega que el regalo de los coruñeses se hizo al "autonombrado" Jefe del Estado, pero no a Francisco Franco Bahamonde, cosa que, según la familia, desmiente el Registro de la Propiedad, donde no aparece el Jefe del Estado, sino Francisco Franco, al que muchos españoles, durante varias generaciones, consideraron, erróneamente, Jefe del Estado.

El argumento de la jueza, de ser cierto, haría propietaria del Pazo a la familia Azaña, el otro Jefe del Estado en España cuando el regalito. Pero ya no, porque Azaña dimitió en 1939 como presidente de la República ante Martínez Barrio, Presidente de las Cortes, que tampoco quiso asumir la magistratura, y el último Presidente en el exilio por acuerdo de España con México, que financiaba su fantasmal existencia, reconoció el régimen Constitucional del 78. Sin Jefe del Estado republicano el Pazo pertenecería, pues, ¡a Felipe VI! La Prensa, poblada de necios, proclama: "El Pazo de Meirás vuelve al pueblo". Recuerda aquel "¡Rumasa, tó pál pueblo!" de Alfonso Guerra, que le costó al Pueblo dos billones de pesetas. Porque las cosas se pagan, no se roban. Y recuperar una propiedad supone indemnizar.

Feijóo se nos hace antifranquista

Si la Justicia española no fuera camino de la argentina, los Franco serían indemnizados, y como su deseo era vender la propiedad, se hallaría un justiprecio, y a otra cosa, mariposa. Estando la Junta de Galicia de por medio, y en manos del PP casi siempre, el asunto debería haberse resuelto, convirtiendo el Pazo, antiguamente Torres de Meirás, en museo dedicado a su propietaria y jardinera, Doña Emilia Pardo Bazán, la más importante escritora gallega en español, si no en español, con permiso de Santa Teresa. Hace unos años escribí sobre su obra, admirabilísima, en Libertad Digital. (Doña Emilia Pardo Bazán (I). Emilia Pardo Bazán: la genio).

Pero con los Franco se ha impuesto la justicia chavista o comunista del "exprópiese". Y a cuenta de una dictadura a la que combatimos cuatro gatos, los únicos que no presumimos, no sólo se expropia la tumba y la propiedad sino la verdad y hasta la dignidad más elemental. Núñez Feijóo, tras asegurar la autoridad de Casado, que se muestra vigorosa en la defensa de la Comunidad de Madrid por el PP, ha celebrado jubilosamente que el Pazo "vuelva a Galicia", sin respetar a un gallego, Francisco Franco, y a su familia, que tiene derecho a recurrir y, si hay justicia, lo harán y ganarán.

Cómo el PP usa la Abogacía del Estado

Pero lo curioso es que hasta hace un año, y lleva muchísimos al frente de la Junta de Galicia, Feijóo no era partidario del "exprópiese", sino de la negociación. En realidad, de acuerdo con Rajoy, prefería dejar pasar el tiempo y no meterse en líos. Durante mucho tiempo, Feijóo se negó, de acuerdo con Rajoy, a participar en el asalto al Pazo de los nacionalistas y el PSOE. Estaba de por medio otra propiedad, la de dos esculturas de dudosa, aunque valiosa autoría mateística (del Maestro Mateo, padre del Obradoiro) y el PP en el Poder iba dilatando la cosa, no sé si esperando que todos los Franco murieran o se aburrieran y se lo regalaran al Ferrol, por lo bien que han tratado a su hijo más famoso y, en vida, fervorosamente idolatrado.

El irrintzi satisfecho de Feijóo ha sido acogido con lógica rechifla por los que durante tantos años encontraron en él un obstáculo insalvable para el asalto al Pazo de Meirás. Se han reproducido muchas de sus frases, sobre todo una, tan rotunda que sorprende que la olvidase: "aquí no se trata de Franco sino del Estado de Derecho". En 2017 se negó contundentemente a aceptar que el Pazo fuera robado y no propiedad de los Franco. Pero un día Rajoy convenció a Feijóo de usar la Abogacía del Estado para defender que el Pazo "no era propiedad privada", algo tan evidentemente falso que sobraban abogados, bastaban comisarios. Eso ha suscrito la jueza Canales, que si no hubiera querido adornarse habría quedado en sólo oficialista.

Se dirá que el PP vuelve a lo antañón: ni un minuto para defender la verdad histórica, combatir la demagogia progre y dar esa "batalla cultural", que la Izquierda gana porque la Derecha huye. Yo creo que es peor: el PP no quiere quedarse atrás en la carrera populista de izquierdas, y tragará el sable de la memoria histórica hasta el píloro. Carmen Calvo ultima la Ley de Memoria Democrática. Veo al sector "moderado" del PP abrazándola.

Así habló Feijóotustra

Muchos piensan que Rajoy alcanzó cumbres inaccesibles en el arte del escaqueo, el subibaja y la paradoja paralizante. Ojo a Feijóo, que puede alcanzarlo y superarlo. Al hilo de esta fechoría que habría llevado a Pardo Bazán a escribir un "J´accusse" más rotundo que el de Zola, recuerdo una frase del actual, digo eterno, presidente de la Junta de Galicia, que dejo a la consideración dominical del lector de LD. Un día, creo que invernal, dijo que era mejor para una sociedad mirar con un ojo al futuro que con los dos.

Así habló Feijóotustra. Yo lo sigo meditando.

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