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Marcel Gascón Barberá

Por qué creo que ganará Trump

Si en 2016, cuando aún podía pensarse que traería la debacle, ganó, ¿por qué debería irle peor ahora, cuando ha triunfado en casi todo?

Si en 2016, cuando aún podía pensarse que traería la debacle, ganó, ¿por qué debería irle peor ahora, cuando ha triunfado en casi todo?
EFE

Escribo este artículo el viernes por la noche, a tres días de las elecciones en Estados Unidos. Según la mayoría de las encuestas, el aspirante demócrata Joe Biden ganará con claridad en el número de votos. Aunque los últimos sondeos predicen un resultado ajustado en los estados clave, la estimación del voto en el Colegio Electoral que decide la presidencia también se decanta holgadamente del lado de Biden.

No dudo del valor de estos sondeos, ni tengo indicios para suponer que en las casas de encuestas exista una conspiración anti-Trump como la que sí existe en Twitter y Facebook, que durante la campaña han censurado informaciones de prensa desfavorables para el candidato demócrata. Y sin embargo tengo la sensación de que se equivocarán y Trump saldrá reelegido presidente de los Estados Unidos de América.

Por un lado, porque lo dice Robert Cahaly. Como hemos sabido muchos lectores de Libertad Digital gracias a este artículo de Mario Noya, Cahaly es el fundador de Trafalgar Group, una encuestadora que ya clavó los resultados de las elecciones de hace cuatro años y que vuelve a dar el triunfo a Trump contra todos los demás pronósticos como ya hizo entonces.

Pero, más allá de Cahaly, el razonamiento que enseguida expongo hace que me parezca inimaginable que Trump pueda sacar peores resultados que hace cuatro años. En primer lugar, el esclerótico y senil Biden me parece un candidato mucho más flojo que Hillary. Es verdad que el rechazo a Trump puede movilizar el voto demócrata más allá de las cualidades del candidato, pero eso ya ocurría hace cuatro años y no impidió que el magnate de Queens le birlara la presidencia a la Clinton.

Aún más importante a mi juicio es que ya nadie con dos dedos de frente puede creerse el apocalipsis que las élites y los medios asociaban a una presidencia de Trump. Hace cuatro años se podían tener dudas. Trump era un fenómeno completamente nuevo, inesperado e imprevisible, y las advertencias sobre el deterioro democrático y económico que supondría podían asustar al más racional.

Tras una legislatura de Trump en la Casa Blanca, la economía estadounidense funciona como nunca incluso en tiempos de pandemia. El país es más respetado en el mundo y está menos expuesto por guerras inútiles que Trump ha evitado empezar. La única amenaza para la democracia, además, han resultado ser las turbas de Antifa y el Black Lives Matter. Si en 2016, cuando aún podía pensarse que traería la debacle, ganó, ¿por qué debería irle peor ahora, cuando ha triunfado en casi todo?

Creo que ganará Trump por una razón más. En 2016, el enemigo de Trump era un establishment ciertamente arrogante y antipático para muchos estadounidenses, pero conocido y previsible aun en su peor versión. Cuatro años más tarde, entre los enemigos más visibles de Trump se cuentan movimientos revolucionarios desatados como Antifa y el Black Lives Matter. Sus orgías de violencia han arrasado barrios enteros sin que los demócratas se hayan distanciado de sus objetivos o de sus métodos.

Quienes aborrecían a la casta política que encarnaba Hillary y tan bien representa Biden seguirán votando a Trump, que seguramente arañará más de un voto de demócratas horrorizados por la idea de ver su casita con jardín asaltada por la izquierda enmascarada.

¿Y alguien ve a Biden y Harris parando los pies al BLM y los Antifa? Que vengan los federales, aunque el que los mande sea Trump.

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