Menú
Eduardo Goligorsky

España no se rinde

¿A qué juega el Gobierno Frankenstein con esta banda de rufianes antiespañoles?

¿A qué juega el Gobierno Frankenstein con esta banda de rufianes antiespañoles?
Enorme bandera deplegada en Colón. | EFE

El equipo del Gobierno Frankenstein está escaso de recursos retóricos para justificar el indulto de los sediciosos catalanes. La portavoz María Jesús Montero habló de "pasar la página" y la vicepresidenta Carmen Calvo de "abrir una página diferente". Lo que ambas omitieron explicar es qué esperan encontrar los capitostes entreguistas en la página siguiente. Aunque no se necesita mucha perspicacia para prever cómo continúa el libreto. Los beneficiados se lo han hecho saber. La respuesta obscena del supremacista contumaz Oriol Junqueras fue: "Que se metan el indulto por donde les quepa". El politólogo de barricada Joan Ridao lo planteó con más delicadeza pero no menor contundencia: "El indulto es un placebo" (LV, 27/5). Solo la amnistía es la panacea para los reos impenitentes y sus correveidiles.

Indignación y resistencia

Amnistía y solo amnistía. Apenas investido presidente de la Generalitat, Pere Aragonès volvió a la carga. Su programa: "Amnistía y autodeterminación". Para culminar con la proclamación de la república catalana independiente. ¿A qué juega el Gobierno Frankenstein con esta banda de rufianes antiespañoles?

En el trance crucial del cambalache, provoca indignación y convoca a la resistencia de la ciudadanía el titular "Sánchez asume el coste de los indultos, Aragonés debe asumir el suyo" (LV, 30/5). Son palabras textuales extraídas de una entrevista a José Luis Ábalos, ministro de Transportes y secretario de organización del PSOE. Además de interlocutor clandestino en territorio español de Delcy Rodríguez, vicepresidenta y portadora de maletas misteriosas del narcodictador Nicolás Maduro, que tenía prohibida la entrada en la UE.

El colmo del cinismo

Las respuestas del jerarca rebasan el colmo del cinismo. Da por concluido el procés, cuando este disfruta del respaldo del Estado español gracias a que –fanfarronea Ábalos– "Cataluña es la comunidad que más inversión recibirá este año de este ministerio". Se burla de Rajoy porque "ofreció la imagen de un Estado de Derecho muy débil. Dijo que no iba a haber referéndum y se hizo". Lo hicieron alevosamente los delincuentes subversivos que Sánchez juró y perjuró que no indultaría jamás y con los que ahora negocia indultos, amnistía, reforma del Código Penal, la mesa de diálogo entre iguales y tutti quanti a cambio de su perpetuación en la poltrona.

Cuando el entrevistador le recuerda a Ábalos que los indultos "suscitan división en el PSOE", el caradura responde: "No me consta esa división, más allá de las declaraciones de algunas personas. No se ha planteado un debate en el partido, aunque estamos abiertos a hacerlo". Así, la vieja guardia del partido que lo hizo pasar a la historia con una puntuación notable ("el sector caoba del PSOE", según el enredador Enric Juliana) y sus barones moderadamente insumisos quedan reducidos a la condición de "algunas personas", mientras el politburó de cepa estalinista trama la purga de Joaquín Leguina y Nicolás Redondo Terreros. ¡Vaya apertura al debate!

La confabulación avanza

La confabulación contra el Estado de Derecho plasmado en la Constitución del 78 y la Monarquía parlamentaria, y contra la integridad territorial de España, avanza prietas las filas bajo la mirada complaciente de las 400 familias de la carcundia catalana. Su vocero, La Vanguardia, publica un día sí y otro también un editorial o una carta del director exhortando a la aprobación inmediata de los indultos. Pululan en sus páginas las lisonjas al Gobierno embaucador, acompañadas por los halagos al contubernio que se encaramó en la Generalitat. Otro engendro frankensteiniano, este contubernio, que acopla a los taimados trepadores junqueristas con los neandertales adictos a Carles Puigdemont, a su vez apologista confeso del expansionismo marroquí y prófugo de la Justicia española. Por supuesto, estas mismas páginas sectarias disparan andanadas difamatorias contra el Partido Popular, exigiéndole que se haga cómplice de la infamia.

Esta campaña mediática tiene su versión gráfica en el mismo diario, en los Ninots del pintamonas Toni Batllori, que ha estereotipado la imagen de la Justicia española como un monigote obeso empuñando un tremendo garrote con un clavo en la punta. Aunque Batllori metió la pata cuando dibujó (29/5) una manifestación de españoles vociferando "¡Que se pudran en la cárcel!". Quienes lanzaron esta consigna nunca fueron los ciudadanos que se oponen civilizadamente al indulto, sino los energúmenos de Junts y CUP que atacaron la sede de ERC y abominaban del para ellos traidor Oriol Junqueras, destinatario de ese truculento deseo. Esta es la manada que acapara los instintos de venganza y revancha que el felón Sánchez atribuye solapadamente a la Justicia española cuando esta sanciona a los cabecillas del motín anticonstitucional que lo apuntalan con sus onerosos escaños.

Testimonio patriótico

En fin, estamos asistiendo a la tentativa de repetir la operación táctica que diseñaron Jordi Pujol y su comandita para transitar con paciencia hacia la independencia de Cataluña. Lo explica, con su habitual desparpajo, el estratega Francesc-Marc Álvaro ("Dos Pedros ante el peligro", LV, 31/5):

Los indultos van a contribuir a la distensión y a la normalización política en Catalunya y, de paso, van a reforzar la apuesta de ERC por un independentismo pragmático y gradualista.

Es falsa la promesa de distensión y normalización, porque esta minoría cainita lleva la beligerancia y la discordia en la sangre. Y el pragmatismo y el gradualismo son la cápsula que recubre la dosis de veneno. Parafraseando a Junqueras: que se metan el veneno por donde les quepa.

La sociedad civil española arrollará masivamente el 13 de junio, en la Plaza de Colón, a los capos y secuaces de la mafia hispanófoba, como lo hizo el 4-M con sus votos en todo Madrid. Esta foto de Colón, poblada de ciudadanos libres e iguales, sin fracturas sectarias, perdurará como testimonio patriótico de que España no se rinde.

PS: La Vanguardia ha despedido a su pirómana estelar, Pilar Rahola, después de haberla exprimido hasta el tuétano, sin explicar a los lectores el porqué de tan drástica medida. Sin embargo, el motivo está claro. Rahola exhibía con la mayor crudeza la patología fóbica del supremacismo racista que hoy los estrategas del independentismo han decidido edulcorar, sin renunciar a ella, hasta que llegue la hora del próximo golpe. Sospecho que el sibilino Aragonès refuerza su fe tribal, en la intimidad, consumiendo disciplinadamente los sermones apocalípticos que todavía propala la inquisidora Rahola.

Temas

En España

    0
    comentarios