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El problema de Feijóo con Cataluña

'Valents', el sucedáneo de Ciudadanos, podría constituir el banderín de enganche de esa enésima operación Cataluña dirigida desde Génova.

'Valents', el sucedáneo de Ciudadanos, podría constituir el banderín de enganche de esa enésima operación Cataluña dirigida desde Génova.
Alberto Núñez Feijóo, interviene en el III Foro Internacional Expansión, que este año se celebra bajo el lema | EFE

El Partido Popular es ahora mismo la primera fuerza política en dos de los tres distritos electorales más importantes de España, Madrid y Andalucía, pero ocupa una posición perfectamente marginal e irrelevante en el último, Cataluña. Tan marginal e irrelevante que el único catalán que pinta algo en la política española vive en Sevilla y responde por Juan Manuel Moreno Bonilla. Muy liliputiense insignificancia, la del PP catalán, que debería inquietar a Feijóo, toda vez que su asalto a la Moncloa, le guste o no, va a depender mucho de lo que digan las urnas de él en ese territorio.

En Cataluña, algo que desde muy antiguo se viene rumoreando, hay dinero. Mucho. Y en donde hay mucho dinero, siempre hay gente de derechas. El problema (para Feijóo) es que los que tienen ese dinero en el bolsillo se dicen ahora independentistas. No obstante lo cual, continúan resultando tan de derechas como lo habían sido toda la vida. ¿Significa ello que podrían devenir recuperables para la causa española? No, definitivamente no. Y querer suponer lo contrario significa engañarse. No son recuperables, cierto, pero les provoca la misma irritante urticaria el Gobierno socialcomunista que al grueso de sus equivalentes sociológicos del resto del país. Un miedo, el que les suscita Podemos demasiado cerca del BOE, que bien podría traducirse en la resurrección del histórico voto dual que tanto se había dado en Cataluña antes de la crisis del sistema de partidos de la Transición.

¿Estoy pensando en un segmento del electorado más burgués de Junts per Catalunya que podría votar independentista en casa, pero a la vez decantarse por alguna marca blanca patrocinada por Feijóo, algo que suene a catalanismo blandengue, para el Congreso de los Diputados? Justo en eso, sí, estoy pensando. Ya se sabe, la pela es la pela, y alguien se la tiene que defender en Madrit. Valents, el sucedáneo de Ciudadanos muy rebajado en calorías que se está montando en Barcelona a partir de los restos del chiringuito del fugado Manuel Valls, podría constituir el banderín de enganche de esa enésima operación Cataluña dirigida desde Génova. Tiempo al tiempo.

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