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NBA

José Manuel Puertas

Igual no nos damos cuenta

Pau Gasol será el martes el decimosegundo jugador de los Lakers con su camiseta retirada. Un hecho abrumador que ensalza la figura del español.

Pau Gasol será el martes el decimosegundo jugador de los Lakers con su camiseta retirada. Un hecho abrumador que ensalza la figura del español.
Pau Gasol, durante el acto de su retirada. | Cordon Press

George Mikan, seguramente el primer gran dominador de la NBA.

Jamaal Wilkes, pieza clave en tres anillos de los Lakers entre 1980 y 1985.

James Worthy, el elemento sin el que el ‘Showtime’ no hubiera sido igual.

Gail Goodrich, máximo anotador de los californianos en cuatro temporadas y motor de aquel equipo que ganó 33 partidos seguidos en la campaña 71-72.

Shaquille O’Neal, quizá la mayor fuerza de la naturaleza en la historia de este deporte.

Elgin Baylor, un tío capaz de anotar 61 puntos a los Celtics en la final de 1962… sin triples, por supuesto.

Wilt Chamberlain, coprotagonista de una de las grandes rivalidades de siempre y alguien capaz de irse casi por rutina a los 20 rebotes por partido.

Kobe Bryant, sus 5 anillos y el legado eterno de su ‘Mentalidad Mamba’, que fraguó a uno de los mayores ‘killers’ de todos los tiempos.

Kareem Abdul-Jabbar, alguien cuyo impacto logró cambiar las reglas del juego, la figura a la que LeBron James acaba de superar como máximo anotador histórico y un ser humano capaz de hacer una sociedad mejor

Magic Johnson, y me pongo de pie. El tipo por el que toda una generación se enganchó a este juego.

Jerry West, directamente la figura que aparece en el logo de la NBA

Y Pau Gasol.

En la madrugada del próximo martes al miércoles, aquel espigado chico de Sant Boi que quería estudiar medicina para emular a su madre se convertirá en el duodécimo jugador de Los Ángeles Lakers, probablemente el mejor club de la historia del baloncesto, con su camiseta retirada y colgando del techo del Crypto.com Arena. Por supuesto, será el primer no estadounidense en estar ahí.

De ese techo cuelgan buena parte de los recuerdos de varias generaciones. Allí está también Chick Hearn, el histórico narrador del equipo que puso voz a sus éxitos y fracasos durante cuatro décadas de cambio social imparable. Está Kobe Bryant por duplicado, con el 8 y el 24, porque él tenía que ser diferente. Y estará LeBron James, por supuesto. Pero antes que él, llegará Pau Gasol.

No sé si somos del todo conscientes de lo que significa que, desde esta semana, allí esté colgada esa camiseta. De lo que eso representa para el deporte español, pues no creo que exista un mayor reconocimiento individual en el universo baloncesto que tener tu número retirado por los Lakers y tu nombre a vista de todos en ese angelino templo del lujo y el espectáculo. Algunos me dirán que el ‘Hall of Fame’, pero es que eso también está a la vuelta de la esquina.

Porque pese a aquel "1,2,3 ¡Olé!" que le hizo ganarse el respeto de Kevin Garnett y media liga, y que escuchan cada domingo los oyentes de Tirando a Fallar en su cabecera porque es parte de nuestro libro de oro, porque pese a hacerse mayor en Memphis o convertirse, y no creo que esto sea chovinismo, en el mayor dominador que ha existido en el baloncesto FIBA, sin nada que envidiar a los Sabonis, Petrovic o Nowitzki, que los Lakers te retiren tu camiseta es algo prácticamente sin parangón. Por lo glamuroso, vale. Pero ante todo, por el significado gigante que tiene un hecho como ese.

Pau Gasol jugó tres finales con los Lakers. Fue la llave que hizo a Kobe volver a ganar dos anillos seguidos y dejar atrás la enorme y pesada sombra de que no podía hacerlo sin Shaq. Esto lo reconoció sin ambages el propio Bryant, tipo orgulloso donde los haya. Y Phil Jackson, maestro de los banquillos y la mentalidad y perfectamente consciente de que solo con la excelencia de Kobe no habría ganado ni su décimo ni su undécimo título. Ese es Pau Gasol, el protagonista de un salto inicial del All-Star Game de 2015 junto a su hermano Marc. Y encima, en el Madison Square Garden, en aquella imagen ya icónica para el deporte mundial. Menos mal que para muchos eras ‘Gasoft’. No quiero ni pensar que hubieras sido ‘Gahard’, Pau.

A Pau Gasol los Lakers le retiran su camiseta por todo lo que les dio en la cancha, pero también por lo que significa fuera de ella. Por unos valores impecables, como los de Marc. Enhorabuena a esa familia. A Marisa y a Agustí, sobre los que siempre tengo la broma de que bien podrían haber criogenizado sus gametos por lo que pudiera pasar. Por si en el futuro necesitamos unos cuantos pívots o, sobre todo, unas cuantas buenas personas.

Pau, que también es Embajador Global de la FIBA, como lo es de UNICEF o miembro de la Comisión de Atletas del COI, ya es una leyenda. Lo que va a suceder el martes no es más que un gesto. Pero el simbolismo del mismo es tal que debería hacernos pensar en lo logrado por ese chaval de Sant Boi que quería ser médico. A muchos, indirectamente, nos ha cambiado nuestra vida. Es así, y creo que es imposible no sentirse enormemente orgullosos de él.

Así que, contraviniendo al dicho popular, querido Pau, gracias por no ‘haber estudiao’. Estoy seguro de que hubieras sido un buen médico. Pero lo que has conseguido te convierte en uno de los españoles más célebres de la historia. Así, con todas las letras. Ya dijo Phil Jackson de ti que eras un hombre del renacimiento, observando tu formación holística y tus inquietudes más allá de la cancha. Disfruta de tu momento, y gracias por tantos recuerdos. Aunque igual, en esta sociedad en la que todo pasa tan rápido y el olvido está a la vuelta de la esquina, a veces no nos demos cuenta o apreciemos lo suficiente lo que significa lo que has hecho.

Pero lo cierto es que ya formas parte del Olimpo.

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