Menú
EDITORIAL

La izquierda caciquil y su compra de votos

La izquierda de este país -esté o no al servicio de Marruecos- ha recuperado un caciquismo decimonónico que ya sólo se dan en repúblicas bananeras.

El escándalo por las prácticas caciquiles consistentes en la compra de votos por correo, que denunciara en su día Vox, lejos de amainar parece ir a más: si el martes agentes de la Policía Nacional efectuaban una decena de registros y detenciones en Melilla —entre ellas la del consejero de Coalición por Melilla (CPM) y número tres del partido, Mohamed Ahmed Al Lal y la de Abdel-ilah Nourdine Ahmed, yerno de Mustafa Aberchán, el líder de CPM—, este miércoles la Guardia Civil desarticulaba en Mojácar (Almería) una organización dedicada a la compra de votos para el PSOE con la detención, hasta el momento, de siete personas, entre ellas el número 2 y el número 5 de las listas del PSOE, Francisco Bartolomé Flores y Cristóbal Vizcaíno.

Si la noticia de que afines al líder de Coalición por Melilla se reunieron con agentes de Rabat días antes del fraude también parece avalar a Santiago Abascal cuando acusaba a Marruecos de estar detrás de la compra de votos en la ciudad autónoma, la noticia de que el PSOE de Mojacar también recurría a esa ilegal práctica caciquil deja en pésimo lugar al ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, cuando el pasado jueves arropaba al candidato socialista en dicha localidad, Manuel Zamora, al que le dijo: "Tú vas a ser el alcalde, con la cabeza alta, mirada limpia y corazón socialista".

Lo que también deja en evidencia este escándalo es la hipocresía de Podemos cuando trata de utilizarlo contra sus competidores en el seno de la izquierda, como Mas País o Compromís —aliados hasta ahora de Coalición por Melilla—, porque lo cierto es que Podemos es socio de gobierno de un partido como el PSOE, implicado también en este fraude en la localidad almeriense.

Lo que es evidente es que la izquierda de este país —esté o no al servicio de los intereses marroquíes— ha recuperado prácticas del caciquismo decimonónico que ya sólo se dan en repúblicas bananeras. Tal es el caso también de la pequeña localidad aragonesa de Orihuela del Tremedal, donde el PP ha impugnado el censo electoral al aparecer "empadronados sorpresa".

Harán bien PP, Vox y Ciudadanos en extremar la vigilancia el próximo domingo en todas las mesas electorales. Y es que quien no tiene escrúpulos como para comprar los votos tampoco los tiene para falsear su recuento.

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Libro
    • Curso