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Adiós Universidad, adiós

En teoría, la Universidad selecciona –no discrimina– por conocimientos, aunque no tanto, cuando las EBAU las superan el 96% de los presentados.

En teoría, la Universidad selecciona –no discrimina– por conocimientos, aunque no tanto, cuando las EBAU las superan el 96% de los presentados.
El ministro de Universidades, Joan Subirats | EFE

Partir de premisas falsas, es abocarse a conclusiones erróneas. Un principio que estaba muy claro en el medioevo, pero no tanto en el siglo XXI. Estoy hablando del Plan de Acción para el Desarrollo de las Micro-credenciales Universitarias en España, presentado, por el Ministro de Universidades –en funciones–, acompañado por la Presidenta de la CRUE y por el Presidente del CES.

El propósito del Plan, a decir del Ministro, es "abrir la universidad a todas las edades". Presupone el señor Ministro que, hasta ahora, las universidades discriminaban a los alumnos, en función de su edad. ¿Qué universidades y cuándo discriminaron por edad? Necesitamos saberlo.

En teoría, al menos, la Universidad selecciona –no discrimina– por conocimientos, aunque no tanto, cuando las EBAU las superan el 96% de los presentados.

¿Y por qué exigir conocimientos previos? Porque la Universidad conforma la educación superior, para la cual se requiere haber adquirido la de etapas anteriores: bachillerato, secundaria, primaria, infantil… Éstas se consideran la base sobre la que construir la enseñanza superior –la universitaria–.

Lo contrario sería como empezar la casa por el tejado, o como se ilustra en San Mateo: "el hombre necio que edificó su casa sobre la arena… bajó la lluvia… soplaron los vientos… y su derrumbamiento fue grande" [Mt. 7, 26; semejante también, en Lc. 6, 49]. Así sería la enseñanza superior si no existiesen los conocimientos previos –cimientos– de los niveles inferiores.

La educación es un proceso ordenado que se prolonga a lo largo de la vida. Pero, no se puede prescindir del orden, al menos si se pretende que la Universidad, como decía la LRU (25.08.1983), pueda "ser un instrumento eficaz de transformación social, al servicio de la libertad la igualdad y el progreso social para hacer posible una realización más plena de la dignidad humana" [Exp. Motivos, final].

No exigir conocimiento previo alguno, como presume su Plan y diseñar un aprovechamiento mínimo (micro-credenciales) –habrá Diplomas de un solo crédito ECTS, equivalente a 25-30 horas de esfuerzo– es convertir la Universidad en un centro menor, en el que se terminará, pero no se será universitario.

Para eso, por qué no retomar las viejas Escuelas de Artes y Oficios, de finales del siglo XIX, la primera de ellas, la de Madrid, creada durante el Sexenio Democrático (1871), y que tan buenos frutos dispensaron.

Recuerde, señor Ministro, que la Universidad es "el ayuntamiento de maestros y escolares que es hecho en algún lugar con voluntad y con entendimiento de aprender los saberes" [Alfonso X El Sabio ‘Las siete partidas’. Partida segunda, título XXXI, Ley I.] Basta con un párrafo; no se necesita más.

La función del maestro de infantil o primaria, como la del profesor universitario, es la misma: educar el intelecto del alumno, haciéndole capaz de cumplir una función social en el mundo al que pertenece. La única diferencia entre el recién nacido y el adulto, se cifra, en el desarrollo intelectual del segundo sobre el primero.

El objetivo de afrontar los retos de la Inteligencia Artificial (IA), prescindiendo de la Inteligencia Natural (IN), es el camino seguro para el fracaso.

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