Menú

¿Y si se abstuvieran 7 diputados del PP?

Si en Génova conservan un poso de vida inteligente, tienen que comprender que sus movimientos no se pueden reducir a jugar al escondite con Vox.

Si en Génova conservan un poso de vida inteligente, tienen que comprender que sus movimientos no se pueden reducir a jugar al escondite con Vox.
Alberto Núñez Feijóo junto a Cuca Gamarra. | PP

Cualquiera con un par de neuronas en la cabeza sabe cuál va a ser el proceder del Rey una vez finalizada la ronda de consultas con los partidos: propondrá para la investidura a Pedro Sánchez si el presidente en funciones le asegura disponer del número preceptivo de apoyos; en caso contrario, el designado por el monarca será Alberto Núñez, líder del partido que obtuvo mayor número de escaños el 23 de julio. Ese asunto, pues, carece de mayor misterio. Como igual carece de misterio mayor lo que finalmente habrá de ocurrir, y con independencia del nombre elegido en primera instancia por Don Felipe.

Porque todos, empezando por Feijóo, sabemos que las Cortes acabarán designando a Sánchez. En consecuencia, la cuestión no es quién será presidente, algo ya descontado, sino cuál es la estrategia del PP de cara a la investidura que más penalizaría al PSOE, siempre ante la certeza de que la legislatura habrá de durar poco. Así definido el escenario, Feijóo puede hacer lo de siempre, esto es, ir a muerte contra el llamado sanchismo. O puede probar, siquiera por una vez, no hacer lo de siempre. Hacer lo de siempre implica, por un lado, elevar de nuevo el tono apelando a la consabida retórica incendiaria y apocalíptica; por el otro, no conseguir nada de nada en términos de rédito político.

No hacer lo de siempre, por el contrario, podría descolocar a Sánchez en su instante supremo de gloria. Porque a Feijóo le cabría ofrecer la abstención de 7 diputados del PP (los 6 catalanes y otro más) solo a cambio de que se mantenga el régimen lingüístico del vigente Reglamento de la Cámara. Huelga decir que Sánchez lo rechazaría. Pero así quedaría en evidencia, no sólo ante la mitad de su propio partido, sino también ante la mitad de su propio electorado. Si en Génova conservan un poso de vida inteligente, tienen que empezar a comprender que sus movimientos políticos no se pueden reducir solo a jugar al escondite con Vox por los siglos de los siglos. Eternamente. Pero no lo harán. Ya lo decía Andreotti: manca finezza.

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal