Si lo reconocen en el Telediario ya debe tener la cosa enjundia. "No ha habido resultados tangibles y para poder alcanzarlos Sánchez ofrece su ayuda para tender puentes", informaba el pasado lunes desde Pekín Almudena Guerrero, enviada especial de RTVE.
Retrocedamos un par de meses. La consulta informal que la Comisión Europea realizó entre los Veintisiete concluyó en la medianoche del lunes al martes del pasado 16 de julio. Se pedía opinión sobre la conveniencia de imponer Derechos compensatorios (Countervailing duties), que se sumarian a los aranceles del 10%, para los fabricantes de coches sospechosos de ser beneficiarios de subvenciones del Gobierno del Partido Comunista Chino.
España fue uno de los países que votó a favor de esa medida proteccionista para la industria europea del automóvil. La agencia Reuters confirmaba el 16 de julio la posición de nuestro país e informó del resultado de la "confidencial" consulta: "Una docena de miembros de la UE votaron a favor de los aranceles, cuatro votaron en contra y 11 se abstuvieron, entre ellos Alemania". El Financial Times informaba que España, junto a Francia e Italia "son los principales impulsores de estas tasas". Partidarios de adoptar una posición más defensiva frente a las prácticas comerciales chinas.
En esas estamos cuando los chinos responden amenazando a las importaciones que afectan al cerdo patrio y a sus despojos (no al jamón de bellota, que ese lo meriendan los millonarios comunistas). El porcino ya pasaba por dificultades antes de que se anunciara esta medida. Según un estudio de la Asociación Danesa de Agricultura y Alimentación (L&F), las exportaciones de España a China en el primer trimestre de 2024 cayeron un 49,3% hasta 67.170 toneladas, en comparación con los tres primeros meses de 2023.
Los publicistas de La Moncloa saben que los dirigentes chinos no tienen la misma memoria de pez que una parte de la opinión pública española y no solo eso, además están bien informados. Entonces, ¿con qué cara se presenta el presidente en Pekín y se postula como puente para resolver una disputa que él ha apoyado? Mírenlo de esta manera. Lo que suceda con los derechos compensatorios dependerá de las negociaciones de los fabricantes automovilísticos con la Comisión Europea. La industria española se acabó cuando Volkswagen compró SEAT y a Sánchez la exportación del porcino le importa entre el cero y la nada. Pero un buen publicista hace de la necesidad virtud.
Una visita de Estado a China se planifica con mucha antelación (al Encuentro Empresarial España-China celebrado en Shanghái, organizado por CEOE, la Cámara de Comercio de España y el Ministerio de Economía, acudieron más de 700 empresas. Esto no se improvisa), pero un encuentro empresarial y la inauguración de una nueva sede del Instituto Cervantes está muy visto. ¿Cómo convertir el viaje en una pieza de propaganda? Hay que vender la marca Sánchez, líder mundial y como "al oro y al cebón nadie les pide la filiación" pues bienvenido sea un cerdo para plantar cara a Sichinpin: "Fuentes del Gobierno español informaron de que en su reunión a puerta cerrada, el jefe del Ejecutivo y su homólogo chino abordaron ese asunto con claridad y franqueza".
En eso tiene razón Maite Rico cuando habla del manejo de los medios. El País, diario del régimen, lo argumenta: "Va a defender las exportaciones de carne porcina porque al Gobierno de Sánchez le preocupa que China tome represalias por los aranceles que la Unión Europea está preparando a sus coches eléctricos". Así, el paladín del marrano patrio aparece como el valedor de los intereses nacionales frente a la pérfida UE. ¡A quien le importa que él lo haya apoyado! Después todo va de carrerilla: "Sánchez y Sichinpin cara a cara". "Sánchez se presenta como el nexo de unión entre la UE y China y se ofrece como interlocutor para tender puentes". Así se hace la propaganda.
Se preguntarán ustedes por qué le buscan la avería al cerdo nacional. No es comparable la cantidad que resulte de aplicar los derechos compensatorios a los coches eléctricos con presionar a la industria del porcino. Pero, seguro que los descendientes de Fu Manchú saben que el presidente español es fatuo y vulnerable por débil. ¿Habrán urdido una añagaza para atraerlo al lado oscuro? ¿Sabrá algo Zapatero? porque el expresidente sigue aumentando su influencia ante los dirigentes del PCCh.
A finales del pasado año —el 18 de octubre— se inauguró en Pekín la sede de GATE Center Asía, un chiringuito (lo llaman think tank) del que Zapatero es el presidente del Consejo asesor y Moratinos su sonrisa. Para que se hagan ustedes una idea de qué pie cojean, les copio un párrafo del documento firmado por Miguel Sebastián titulado "Resumen del documento de la posición de China sobre la búsqueda de una solución política a la crisis de Ucrania". Fechado en marzo de 2023, analiza la propuesta comunista en el primer aniversario de la invasión de Ucrania: "A este respecto, la posición de China sobre la crisis ucraniana desde principio de la guerra ha sido clara, siendo su núcleo persuadir y promover las conversaciones de paz y aportar una solución política a la crisis". Sebastián se presentó como candidato del PSOE a la alcaldía de Madrid. El bosquejo de su perfil lo hicieron empleados de presidencia del Gobierno pagados por los contribuyentes. Le preguntaron por su experiencia política anterior y él contestó que en su despacho en una Universidad americana había tenido una bandera del Vietcong. Estará en una segunda juventud.
A los pocos meses de este documento, el Gobierno chino informaba de la visita a Moscú del director de la Oficina de la Comisión de Asuntos Exteriores del Comité Central del PCCh, Wang Yi. Preparaba la visita de Putin a Pekín. La nota concluía con unas palabras del presidente Xi Jinping: "China y Rusia deberían fortalecer la coordinación estratégica multilateral, proteger los derechos e intereses legítimos de los dos países y realizar nuevos esfuerzos para impulsar el orden internacional hacia un rumbo justo y razonable". ¿Será este el orden al que aspiran Zapatero y su sosias Sánchez? Entonces, ¡Qué Dios nos coja confesados!