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Pedro de Tena

Megarricos malos y buenos

También son megarricos, pero son los buenos, porque son "de los nuestros", de los suyos, vamos.

También son megarricos, pero son los buenos, porque son "de los nuestros", de los suyos, vamos.
SEVILLA, 30/11/2024.- La expresidenta de Andalucía Susana Díaz (i) junto a los también expresidentes José Antonio Griñan (c) y Manuel Chaves (d), al comienzo del 41 Congreso Federal del PSOE reunido en Sevilla este sábado. EFE/ Julio Muñoz | EFE

Que sí, que sí. Que ya se han descrito y escrito en las sagradas escrituras del sumo sacerdote Pedro Sánchez y pronto estarán en todos los púlpitos sanchistas para que sus párrocos y devotos parroquianos se extasíen ante los sufrimientos satánicos que se prometen a los más infames pecadores de España. De los ricos del camello y el ojo de la aguja pasamos a los muy ricos, luego a los riquísimos, después a los superricos y finalmente se ha llegado al corazón del pecado, a los megarricos malos. Los señala el "ripalda" de Su Sanchidad.

Verán. En la Ponencia Marco del 41 Congreso del PSánchezOÉ, recién celebrado en Sevilla, se mencionan a estos malignos enemigos del pueblo nada menos que cuatro veces y se promete azufre fiscal para su avaricia. Pero ni se alude a los megarricos buenos, que los hay y no pocos.

En el punto 70 de la Ponencia, se advierte que "aumentaremos la lucha contra la evasión fiscal de los megarricos (malos) y estableceremos un tipo marginal mínimo del 50% en la tarifa general del IRPF a partir de los 300.000 euros anuales". Ya saben que hay tramos y tipos del IRPF porque en España los impuestos son progresivos: cuánto más ganas, más pagas. De lo que gane (y declare) a partir del tramo de 300.000 euros, se le decomisará el 50 por ciento por ser un megarrico malo.

Qué gran revolución. Tres puntos más. En 2021, ya se instauró el tipo marginal del 47 por ciento para los ingresos que superasen los 300.000, donde se fijó el tramo correspondiente para aplicarlo. Ahora, en Sevilla, se ha redondeado al 50 por ciento, lo que significa que si ganas al año más de 300.000 euros, por ejemplo, 400.000, Hacienda se quedará con la mitad exacta de los 100.000 que superan el tramo fijado para los megarricos malos, además de llevarse un alto porcentaje variable de los primeros 300.000.

Pero lo trascendente es la consolidación de una nueva categoría de enemigos del pueblo: los megarricos malos, que en España son, conceptualmente ya, los que ganan más de 300.000 euros al año, sea por lo que sea. Además deberán soportar un impuesto estatal (que le den a las Autonomías, sobre todo a Madrid) sobre el patrimonio del 5 por ciento y sobre herencias, donaciones y demás.

Como explica minuciosamente Domingo Soriano, "el grueso del impuesto lo pagan las clases medias y medias-altas: aquellos que ingresan entre 30.000 y 150.000 euros soportan más del 70% de lo que se recauda por IRPF". Anda, resulta que los casi megarricos que confiesan ganar más de 150.000 anuales, sólo un 0,5 % de los declarantes apenas aportan, aunque pagan muchísimo, el 17-18 por ciento a los ingresos por IRPF. ¿Variará esto el anuncio de Sánchez? Nada o muy poco. A España la mantenemos las clases asalariadas y medias.

En la España católica hay dos tipos de predestinados. Los megarricos malos se encuentran entre ellos pero, al contrario que el calvinismo, que los destina a la gloria, el socialcomunismo fetén les asigna un lugar en las tinieblas confiscatorias porque, se predica, son los causantes de la ruina de la Hacienda Pública y de la enorme distancia económica existente entre la mayoría de los asalariados y tal élite malvada. Ah, por cierto, suelen ser de derechas.

Sin embargo, hay otros megarricos, éstos buenos, que son todos los que disponiendo de un carné o salvoconducto del PSánchezOÉ, además de dotados de virtud moral superior, ganan mucho, tal vez mucho más de 300.000 euros al año —gracias a la presencia de "nexos corruptores" varios—, que casi nunca se declaran o se declaran "por lo bajini" tras la manita experta de los asesores.

Fíjense por ejemplo en José Luis Ábalos, en Koldo, en Víctor de Aldama, Javier Hidalgo y socios, en Rodríguez Zapatero, en Pepiño Blanco, en Jaume Roures y por qué no, en Begoña Gómez (¿alguien ha sumado todos sus ingresos?). Chaletes de millones, queridas en pisos, trapicheos plurales, bolsas llenas de oro negro y amarillo, decenas de hoteles y aerolínea "rescatada", sueldos oficiales y complementos extras de gobiernos amigos, consultoras discretas con influencias bien rentables, cátedras y negocios intercontinentales… ¿Todo declarado? Ah…

También son megarricos, pero son los buenos, porque son "de los nuestros", de los suyos, vamos. Tienen dinero para "asá una vaca" (o varias) pero todo lo hacen por amor a la Patria o a la Humanidad. De éstos, naturalmente, no se habla en la Ponencia del 41 Congreso.

Todo esto se dijo y se aprobó ante la mirada de los caifases socialistas de los ERE, Chaves, Griñán y su cuadrilla que, durante décadas, manejaron uno de cada cinco euros que circulan por Andalucía y ¡oh, milagro!, ni fueron ni son considerados megarricos a pesar de los 780 millones de euros públicos (que no eran de nadie) derramados arbitrariamente sobre los amiguetes, los afines y los intermediarios. Son unos artistas.

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