
Mientras yo redacto estas líneas, Esquerra, con permiso del PNV el partido de tradición más xenófoba y racista que jamás haya existido en España, la cuna política de históricos filonazis como los hermanos Badia o Heribert Barrera, debate en su congreso anual que los "inmigrantes" deberán disponer de presencia prioritaria en los puestos de salida en todas las listas electorales que, a partir de ahora, represente a la formación. Incluso hay un sector, el de Joan Tardà, que postula ir más lejos y hacer obligatorias las listas cremallera para que, tras el correspondiente catalán puro y la correspondiente catalana pura, figure siempre uno de esos llamados "inmigrantes".
En el bien entendido tácito de que, a ojos de Esquerra, "inmigrante" es el vocablo que sirve para referirse a cualquier ciudadano catalán, acaso con la excepción del señor conde de Godó, que posea por lengua habitual el idioma castellano. Y es que en el doble lenguaje típico tan de Cataluña, cuando postulan colocar a inmigrantes en las listas, todos sabemos que de lo que en realidad están hablando es de promocionar políticamente a musulmanes de origen africano o asiático que se hayan instalado en Cataluña; de modo muy particular, a miembros de la comunidad marroquí. Y de ahí, pese a que el principal grupo de extranjeros asentados en la demarcación resulte ser el formado por los latinoamericanos de habla materna castellana, que resulte imposible dar con alguno de ellos entre los cargos públicos de la Esquerra.
Ni argentinos, ni colombianos, ni chilenos, ni ecuatorianos, ni nada que huela remotamente a hispano, ellos sólo quieren musulmanes no occidentales para los puestos de representación institucional. Porque no es que hayan dejado de ser racistas como lo fueron sus padres y abuelos, es que han aprendido a contar. Y han entendido que la única posibilidad real que existe para que la República Catalana vea la luz algún día será que la voten los musulmanes que acaban de llegar, sus muchos hijos e hijas que acaban de nacer y los que ni siquiera han sido concebidos todavía. Porque la Republiqueta será islámica o no será.