Los principales indicadores económicos y de bienestar vienen reflejando en los últimos años el declive de la economía catalana en relación con la media nacional, un descenso que se revela más significativo cuando la comparación se realiza con la Comunidad de Madrid. Un estudio reciente ahonda en las causas de esta decadencia, motivada fundamentalmente por la pésima gestión pública de los gobiernos separatistas a lo largo de las dos últimas décadas.
El Instituto Ostrom, el Think Tank de política pública líder en Cataluña, es el responsable de este informe, que documenta las causas del deterioro económico y social de la comunidad autónoma. Quizá el dato más impactante del estudio es el que refleja la evolución del PIB per cápita de la región, una métrica que permite apreciar con claridad el cambio a peor que han supuesto las políticas económicas adoptadas por la Generalidad en las los últimos años. Y es que, según los datos analizados por el Instituto Ostrom, Cataluña ha pasado de tener un PIB per cápita superior en un 15% de la media europea durante el segundo mandato de Aznar a estar un 10% por debajo de ese mismo indicador en la actualidad.
La caída de la riqueza per cápita de los ciudadanos catalanes no cabe achacarse a un fenómeno nacional o de coyuntura, dado que, como documenta dicho informe, la Comunidad de Madrid no ha dejado de prosperar durante ese mismo periodo, hasta el punto de que ha superado a Cataluña como la región con mayor peso en el PIB español.
El autor del estudio explica las causas de este empobrecimiento general de Cataluña, que se ha venido agudizando especialmente tras la intentona golpista de 2017. En opinión de este experto, "la carga regulatoria excesiva, la incertidumbre derivada de la gestión pública y la polarización política han debilitado el dinamismo productivo. La excesiva proliferación de regulaciones, sumada al predominio de políticas dirigidas a restringir mercados y redistribuir recursos de manera ineficiente, refleja una visión de la economía como un juego de suma cero. Esta mentalidad —añade el estudio— en la que las ganancias de unos se perciben inevitablemente como pérdidas de otros, contrasta con las experiencias exitosas de economías que han priorizado un enfoque de suma positiva, donde las instituciones promueven la cooperación y la creación de valor".
El informe pone a Madrid como ejemplo de gestión pública, destacando "la importancia de un enfoque institucional orientado hacia la competitividad y la reducción de cargas regulatorias". Así, prosigue el documento, "mientras que Cataluña ha incrementado su carga impositiva y complicado su marco normativo, Madrid ha adoptado políticas que fortalecen su atractivo como destino de inversión y residencia".
Los partidos separatistas achacan al resto de España la ruina que ellos mismos han provocado a todos los catalanes con su pésima gestión al frente de la Generalidad. La intentona golpista de 2017, la corrupción galopante del nacionalismo y el entreguismo de las instituciones catalanas a un proyecto político catastrófico explican por qué Cataluña lleva camino de instalarse en el furgón de cola de la economía española, una posición que hace apenas un cuarto de siglo habría sido impensable.