Tal y como era lógico y previsible, los wasaps cruzados entre Pedro Sánchez y José Luis Ábalos han protagonizado la tensa sesión de control al gobierno de este miércoles. Lo más bochornoso de ella, sin embargo, es que no ha servido para que el gobierno dé explicaciones sobre el contenido de los wasaps sino para que Sánchez pidiera explicaciones a la oposición por su filtración. Claro que esto, por descabellado que sea, tampoco resulta una sorpresa.
Limitándose a tacharlos de "casquería" y "cotilleo", Sánchez ha advertido que no descarta tomar medidas judiciales por su filtración por vulnerar su intimidad, como si el contenido de los wasaps que está publicando El Mundo entre el presidente del gobierno y su entonces alter ego y número dos del partido fuese una cuestión privada entre particulares y no un asunto de extremo interés público. Porque los mensajes que se intercambiaban quien sigue siendo presidente del gobierno y quien hoy protagoniza la principal investigación judicial por corrupción en nuestro país (mal llamado caso Koldo) no sólo revela su estrecha relación o la pésima consideración que tenía el presidente de su entonces expresidente Pablo Iglesias, o de ministros actualmente en el cargo, como Margarita Robles, o de algunos barones socialistas como García-Page o Lambán: lo que vienen a confirmar también esos wasaps, intervenidos por la Guardia Civil en el domicilio de Koldo Garcia, es algo de tanta relevancia como el hecho de que sólo cinco días después de que Víctor de Aldama confesara a Koldo Garcia que Javier Hidalgo había llamado a Begoña Gómez para lograr el rescate de Air Europa, el presidente del Gobierno intervino personalmente para controlar la operación.
Gracias a los wasaps sabemos que Sánchez rebotó a Ábalos un mensaje que, según decía el presidente, le había hecho llegar un "amigo" dándole una serie de consejos sobre cómo debía actuar el Gobierno ante la situación de Air Europa, que se hallaba en un estado financiero crítico, aconsejándole su rescate, pero no dejándola en manos de Iberia. ¿Por qué no ha revelado Sánchez en el Congreso el nombre de ese "amigo" que tanto coincidía con el criterio de Javier Hidalgo en la necesidad de rescatar a Air Europa y de no dejarla en manos de Iberia?
Ante las reiteradas evasivas del presidente del gobierno a la hora de dar explicaciones en el Congreso, es del todo lógico que el líder del principal partido de la oposición haya cumplido su deber de reclamar la dimisión de Sánchez y la convocatoria de nuevas elecciones generales, lógica reclamación ante la que Sánchez se ha evadido mofándose del congreso del PP que Feijóo ha decidido adelantar para los proximos 5 y 6 de julio.
El caso es que la sesión de control al Gobierno ha concluido dejando en evidencia que el presidente del gobierno desprecia al parlamento tanto como a la prensa y a la judicatura independientes. Sánchez en estado puro. No se ha atrevido a desmentir el contenido de los wasaps y está por ver que se atreva a denunciar su filtración.