
Madrid volverá a llenarse de pancartas, megáfonos y gritos a coro contra la presidenta Isabel Díaz Ayuso este domingo. La causa: "La sanidad pública madrileña". El motivo real: eso ya es más confuso. Porque si se tratase de cifras, la protesta debería organizarse frente al Ministerio de Sanidad, no en Cibeles.
Madrid es, según los propios datos del Ministerio que dirige Mónica García, la comunidad autónoma con menos días de espera media quirúrgica: 48 frente a los 126 de media nacional. También es de las regiones con menos saturación por habitante (10,41 pacientes en lista de espera por cada mil madrileños), y la que tiene un porcentaje residual de pacientes que esperan más de seis meses para operarse: un ínfimo 0,3% frente al 22,9% del país.
Pero no, eso no importa, de esto no hablan los convocantes de las manifestaciones contra la presidenta de la Comunidad de Madrid.
Residencias: ¿muertos de primera y de segunda?
Uno de los grandes mantras de los convocantes es el de las 7.291 muertes en residencias de Madrid durante la pandemia. "No se olvidan", aseguran. Pero, ¿y los muertos de otras Comunidades Autónomas?
Según los datos oficiales de Imserso y del Ministerio de Sanidad, Madrid no fue la comunidad autónoma con mayor tasa de mortalidad en residencias. Su cifra, del 13,1%, está por debajo de comunidades como Castilla y León (47,7%), Navarra (39,7%), Cantabria (39,3%) o Aragón (34,5%) que presentan cifras muy superiores. Incluso Cataluña, con 6.231 fallecidos, se acerca al total madrileño con menos población y menor presión asistencial.
Y sin embargo, el foco —curiosamente— siempre recae en Madrid. ¿Por qué nadie se manifiesta frente al Palau de la Generalitat?
Más llamativo aún es que el mando único de las residencias lo asumió el Gobierno de España el 19 de marzo de 2020, con Pablo Iglesias como responsable directo. La gestión de Salvador Illa y Fernando Simón fue la que rechazó compras centralizadas de material, ocultó cifras de fallecidos y permitió la exposición sin protección de miles de sanitarios. Pero el relato mediático ha preferido señalar a Ayuso.
En esta manifestación, los muertos no valen lo mismo: los de Madrid parecen pesar más que los de otras regiones. Para las 80 asociaciones y colectivos convocantes, la tragedia no se mide en vidas, sino en códigos postales.
Manifestarse contra quien gestiona bien, callar ante quien no gestiona
¿Dónde están las manifestaciones por los 3 millones de afectados por enfermedades raras que reciben apenas 70 millones de euros del Gobierno central? ¿O por los pacientes de ELA, víctimas de una "Ley" sin partida presupuestaria? ¿Y las movilizaciones por las 4.000 personas que se suicidan cada año mientras el Ministerio destina 18 millones a su plan estrella de prevención, 36 céntimos por español?
Claro, hay que entenderlo: organizar una manifestación contra Mónica García no tendría el mismo tirón mediático. ¿A quién le importa que España no financie tratamientos esenciales para el cáncer infantil? ¿O que solo el 34% de los medicamentos aprobados en Europa tengan disponibilidad plena en España?
En vez de eso, nos convocan a manifestarnos contra Isabel Díaz Ayuso y no contra la ministra de sanidad que prefiere las redes sociales, los hilos de X, la indignación climática, los inhaladores sostenibles y la anestesia verde. Porque lo verdaderamente urgente en España es que el bisturí tenga baja huella de carbono.
Y mientras estas más de 80 asociaciones y colectivos se movilizan para llenar las calles de Madrid contra Ayuso, nadie convoca una sola pancarta contra la ministra Mónica García, que ha decidido compatibilizar su cargo nacional con un asiento en el Consejo Ejecutivo de la OMS.
No hay recursos para garantizar tratamientos vitales, pero sí para patrocinar cafés en Ginebra. Extrañamente, contra esto nadie se manifiesta.
¿Quién privatiza qué?
Entre los cánticos de la marcha resonará, como es habitual, el "no a la privatización". Una consigna con más carga ideológica que respaldo empírico. Porque mientras se denuncia a Ayuso por "hacer negocio con la salud", se omite que Madrid ofrece el horario más amplio del país (de 8 a 21 h) y genera 3.600 citas médicas diarias en Atención Primaria, más que ninguna otra comunidad.
Y mientras tanto, la ministra García no ha reformado el sistema de financiación sanitaria, ni ha ofrecido un plan nacional para reforzar la Atención Primaria en las comunidades que realmente están colapsadas, como Cataluña o Extremadura.
El ruido como política sanitaria, sólo en Madrid
La sanidad madrileña no es perfecta, pero es objetivamente más eficaz que la de muchas regiones gobernadas por quienes hoy la señalan. Lo dicen los datos. Lo ignoran los manifestantes. Porque a veces, en España, importa más el color del gobierno que el color de los números.
Y mientras los convocantes marchan al grito de "la salud no se vende", Mónica García sigue sin explicar por qué prefiere denunciar la "masculinidad tóxica" como causa del suicidio antes que aumentar los recursos en salud mental. O por qué contesta a youtubers desde su cuenta de X pero no a los pacientes sin terapia.
Quizá, la próxima pancarta debería decir: "Menos consejos en Ginebra, más gestión en Madrid". Porque a este paso, lo único que se va a operar en España con este Gobierno son las estadísticas, pero paradójicamente al grito de "Ayuso dimisión".