
Mientras el Gobierno socialista de España se descompone en burdeles y saunas, entre lechos y cohechos, la izquierda alternativa que empezó la comedia en una tienda de campaña da un paso definitivo y demuestra que podían, claro que podían, los muy pudientes.
Todos los del partido morado tienen su particular historial pero lo cierto es que su jefe, Pablo Iglesias, siempre ha sido el mejor resumen. Para documentar la última vergüenza hay que recordar primero, sin Inteligencia Artificial, lo que dijo el 28 de abril de 2019:
He votado en el colegio público donde espero que vayan mis hijos. Hoy muchos españoles irán a colegios públicos. Es un día hermoso para recordar el valor de la educación pública.
Pero ¿qué pasa si un niño va a un colegio privado o concertado según el ex líder de Podemos? Lo explicó en una entrevista en la cadena SER:
"A los niños que vienen de familias con menos recursos no les admiten en los colegios privados. Porque papá y mamá que quieren llevar al niño al colegio privado super especial, no quieren que haya niños gitanos, ni quieren que haya niños que son hijos de migrantes marroquíes, ni de migrantes ecuatorianos, ni de gente de clase obrera en general. Por eso llevan a los niños al privado, porque no quieren que se mezclen con los niños de clase obrera. Entonces no hay libertad. El problema es que lo que algunos quieren es una educación para ricos, que se lo pueden permitir, donde el porcentaje de niños rubitos a los que sus padres van a poder mandar a aprender inglés a Irlanda en los veranos es el 100% de los alumnos, y encima quieren que la clase trabajadora que paga impuestos les pague ir a esos colegios"
Pues con tan fundamentadas premisas, Pablo Iglesias e Irene Montero han llevado a sus tres hijos a un colegio privado sin gitanos ni "migrantes", que serán inmigrantes si han venido de fuera y emigrantes desde la perspectiva de su país de origen.
Nuria Richart nos regaló una visita guiada por el ecocole de la urbanización Los Peñascales en Las Rozas que suponemos repleto de niños rubios a 500 euros por cabeza. No era de extrañar viendo la evolución desacomplejada de la pareja.
La humilde morada donde empezó todo
Con Ana Rosa Quintana, en 2015, Pablo trotaba ya con el jamelgo de sus contradicciones. Y así, fingiendo que hace ejercicio, dijo que la política no le iba a cambiar, que en Vallecas se está mejor y que las eventuales responsabilidades no exigen un cambio de residencia. Lo de los demás son rollos:
"…este rollo de los políticos que viven en Somosaguas, que viven en chalets, que no saben lo que es coger el transporte público".
Tres años antes, en 2012, en Twitter ya había arremetido contra Luis de Guindos usando como argumento indiscutible de oposición el lugar de residencia de un político:
¿Entregarías la política económica del país a quien se gasta 600.000€ en un ático de lujo?
Lo malo sería que el ático costara 300.000 y el muy bobo pagara el doble. Ese, desde luego, sería mal gestor. Pero Pablo presumía casi a gritos de su barrio: "¡Vivo en el Puente de Vallecas en la Colonia Fontarrón!". Pues como aquel del número 7, calle Melancolía, quiso mudarse muy pronto al Barrio de la Alegría. Y vaya si lo hizo. El ático del pepero quedó como cuchitril.
Cuando salió a la luz Villa Tinaja, la pareja quiso explicarse. Empezaron con aquello del "proyecto de familia" y terminaron enredándose en que compraron esa casa…
"…para vivir, no para especular. Y en todo caso siempre hemos afirmado que a los ministros y a cualquier cargo público hay que criticarles por sus políticas o eventualmente por su corrupción, no por gastarse su dinero en lo que quieran mientras lo hagan de forma honrada".
Es decir, parece que sólo los ricos de izquierdas se ganan el pan con el sudor de su frente. Y ni eso, porque lo que es sudar por trabajo no es doctrina revolucionaria morada. Para mayor burla lo sometieron a consulta entre sus bases. Y ahí siguen.
Pero después de convertir una coleta en un partido rentable, llegar a vicepresidente del Gobierno tras una promesa incumplida del maniquí amojamado o colar una Ley que abrió las celdas de los violadores, había que seguir difundiendo doctrina inmobiliaria comunista.
Esta vez le tocó a Irene Montero, la del biquini en Menorca y los posados topless de espaldas y a contraluz. ¡Qué caro está el alquiler! Y qué bien se denuncia ese "abuso" rodeada de setos de arizónicas y con el arrullo del agua de fondo. ¿Quizá sea un ladrido lejano lo que interrumpe la paz revolucionaria? Nada grave. Sigue la meditación de Irene:
"Hace falta un gobierno que no ceda a la presión de los buitres"
La idea, sin duda, está inspirada en ese momento de finca y tumbona orientada al imponente cielo serrano de Madrid donde es relativamente sencillo atisbar al carroñero de majestuoso vuelo circular. Ya no ladra el perro… Antes tenían tres, Leona, Rumba y Tirso, ¡adoptados, por supuesto! Alguien les habrá dado de comer…
Llegaron para ganar dinero. Y lo han conseguido.
El profe y la cajera se hacen europeos
En Salvados, del también millonario Jordi Évole, antes Follonero, Pablo Iglesias mostró su indignación por los sueldos de los eurodiputados durante una especie de debate con Albert Rivera. Era octubre de 2015.
"Lo que cobran los eurodiputados me parece una cosa vergonzosa. Es decir, que un eurodiputado se pueda meter 6.500 euros al mes [ya son 1.000 euros brutos más] en la cuenta cuando la mayor parte de los ciudadanos de su país no llegan a 1.000, me parece una barbaridad".
¿Qué dice el Parlamento Europeo? Sobre los salarios y pensiones, lo siguiente:
La asignación mensual de un diputado es de €10.927,44 brutos y de €8.517,01 netos, tras deducir el impuesto de la UE y las cotizaciones al seguro (cifras del 01.04.2025). Los fondos proceden del presupuesto del Parlamento.
Dado que los Estados miembros pueden imponer gravámenes nacionales adicionales, las cifras netas definitivas dependen del régimen fiscal del país de origen del diputado
Sueldazo, pero hay más: las dietas. De nuevo, lo mejor es ver el reglamento:
Además de su asignación, los diputados al Parlamento Europeo, al igual que los diputados a los Parlamentos nacionales, tienen derecho a dietas que cubren los gastos en que incurren en el ejercicio de sus funciones parlamentarias, a menudo fuera de su domicilio.
Cada eurodiputado recibe, para "gastos generales" la cantidad de 4.950 euros mensuales fijos. En teoría deben ser empleados en "alquiler de oficinas en el Estado miembro en el que son elegidos, equipos y programas informáticos, material de oficina, teléfonos móviles y contratos de teléfono e internet". Se trata de un pago a tanto alzado, es decir, una suma fija que se paga de una vez. Una vez al mes, claro.
Por el mismo método, los eurodiputados tienen derecho a una dieta diaria de 350 euros, conocida como "dieta de estancia" y se supone que se emplea en comidas y alojamiento. Además el Parlamento costea viajes entre sedes de Bruselas y Estrasburgo con nivel de business, primera clase o 0,58 euros por kilómetro en caso de ir en coche.
Pero también tienen derecho a coche oficial… y "al reintegro de dos terceras partes de sus gastos médicos" y a una "indemnización transitoria equivalente a un mes de salario por cada año en el que hayan estado en el cargo, durante un máximo de dos años".
No es difícil que al eurodiputado le lleguen al mes más de 15.000 euros netos entre salario y dietas que no siempre se emplean correctamente. ¿Se justifican correctamente todos estos gastos? ¿Se devuelve lo que no se usa o gasta?
Ni Pablo Iglesias ni Irene Montero han hecho cosa alguna en torno a estas cantidades salvo cobrarlas pese a quejarse de lo elevadas e indignantes que les resultan. Añádanse las pensiones por los ministerios que ocuparon, los trabajos internacionales para narcorregímenes americanos, sus programas de televisión, libelos, cantinas y otros crowdchollos sin control alguno.
Quedan, pues, resueltas las envidias del cuplé:
¿Dónde se mete / la chica del 17?
¿De dónde saca / pa' tanto como destaca?
En época de las tiendas de campaña y el agitar de manitas para votar en asambleas anunciadas en cartones, empezaron a destacar figurines leninistas como Rita Maestre que presumía de informar a Pablo, el de las "miradas lujuriosas", desde el "soviet de la Complu".
Como en la historia real, poco tardaron en desaparecer en favor del Soviet Supremo, el del lujo propio y la miseria del populacho.
