Da un poco de miedo la irresponsabilidad con la que ha actuado el Rey. Pero me producen pavor las declaraciones de los socialistas sobre la actitud del Rey. Las declaraciones de Tomás Gómez y Elena Valenciano, dos políticos exageradamente sectarios y dogmáticos, dan que pensar sobre el posible giro que podría adoptar el PSOE con respecto a la institución monárquica. Parece, pues, muy fuerte decir que el Rey se comporta "con responsabilidad o abdica". Esas declaraciones pudieran encerrar un cambio importante y, quizá, funesto en las relaciones que hasta hoy han mantenido los socialistas con la corona.
Al margen de los chistecitos de Zapatero sobre la "monarquía republicana" y cosas parecidas, lo cierto es que el PSOE siempre fue tratado por el Rey con esmero. Por su parte el PSOE, sin abandonar nunca su funesto discurso sobre la República, nunca dejó de acariciar ideológicamente a la institución monárquica. Mientras que las relaciones entre González y Zapatero con el Rey fueron siempre extraordinarias y amables, la comunicación entre Juan Carlos y Aznar no tiene fama de haber sido demasiado buena; son conocidos, incluso, los desplantes que tuvo que sufrir Aznar, como presidente del Gobierno de España, por parte del Rey. Esperemos que por el bien de la nación esto no vuelva a repetirse con Rajoy.
En cualquier caso, no pasa desapercibido para la mayoría de los españoles que el Rey, se mire por donde se mire, intentó antes legitimarse con los socialistas que con el resto de grupos políticos. Es una desgracia más del sistema político, derivada del origen de nuestra democracia, es decir, de que nuestra democracia fue antes otorgada que conquistada. Lo cierto es que la relación entre el Rey por un lado, y el PSOE por otro, en mi opinión, siempre ha sido tan estrecha y cordial que muchos hemos llegado a pensar que la cuestión de la monarquía en España no existía, especialmente si el PSOE seguía, como hasta ahora, respaldando al monarca. Más aún, no se plantearía jamás problema alguno sobre nuestro modelo en la Jefatura del Estado. Esa situación puede, sin embargo, cambiar con la actitud última del Rey y, sobre todo, con el PSOE en la oposición y sin subir en las encuestas.
Ojalá me equivoque, pero las declaraciones de Tomás Gómez parecen un parteaguas en la actitud de los socialistas con el Rey, más parecen las declaraciones de un militante de IU, o mejor, las de alguien que hace de la cuestión de la monarquía el eje de su programa político, que la respuesta seria y ponderada de un líder responsable en un momento de tensiones sociales y económicas. En fin, por el bien de todos, esperemos que la frivolidad del Rey no sea contestada con el "incivil republicanismo" del líder socialista madrileño.