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Cristina Losada

A Podemos le falta un manual

En vez de llevar su tensión a las comisiones de seguimiento de la coalición, siguiendo aquel protocolo que firmaron, prefieren aventarla en la plaza pública.

En vez de llevar su tensión a las comisiones de seguimiento de la coalición, siguiendo aquel protocolo que firmaron, prefieren aventarla en la plaza pública.
Irene Montero | EFE

El partido Unidas Podemos está tenso por la reunión entre el Gobierno del que forma parte y el partido Ciudadanos. En vez de llevar su tensión a las comisiones de seguimiento de la coalición, siguiendo aquel protocolo que firmaron, prefieren aventarla en la plaza pública. En las redes sociales. Ahí han acusado a Ciudadanos de vetar su presencia en el encuentro y de no respetar la soberanía popular, que entienden que está toda de su parte. Nunca dicen, por cierto, soberanía nacional, que es el término constitucional. Lo suyo, en cualquier caso, era que acusaran al PSOE de tal falta de respeto. Falta inexistente, por lo demás, ya que Ciudadanos niega que pusiera el veto. Pero de haberlo puesto, el responsable, por aceptarlo, habría sido su socio.

Lo primero que destaca de este mosqueo de Podemos es lo absurdo que resulta. La idea que trasluce es que un Gobierno de coalición tiene que enviar a toda reunión que haga a representantes de cada uno de los partidos que lo forman. Hay Gobiernos de coalición de cuatro, cinco y más partidos. Imagínese la multitud. Como en éste son dos, la idea en cuestión es que a donde vaya un ministro del PSOE lleve a otro de Podemos de carabina. ¿O de comisario político? La necesidad de ir en pareja a todas partes no figura en el protocolo aquel. Tampoco tiene lógica funcional. Es más, lleva razón la vicepresidenta Carmen Calvo: si hay un miembro del Gobierno, está el Gobierno.

Lo segundo que destaca del enfado podemita es la publicidad. ¿Dónde queda lo de lavar los trapos sucios en casa? En una coalición, es lo propio. El hecho de airear el asunto en público indica, obviamente, que quieren dejar constancia pública. ¿De qué? De que vetan a Ciudadanos. De que repudian cualquier trato o acuerdo con el partido de Arrimadas, ya sea para hablar de la epidemia, de los presupuestos o del tiempo. No protestaron cuando se negoció con Cs el apoyo a la prórroga del estado de alarma. A tanto no se atrevieron. Pero a partir de ahí no han dejado de proclamar que son enemigos. Como el nuevo brote de sectarismo surgió a raíz de los malos resultados en las autonómicas gallegas y vascas, se deduce que ese fiasco les ha aconsejado atizar la hoguera de las hostilidades.

Viendo lo absurdo del asunto, se concluye que a Podemos le falta un manual de instrucciones sobre los Gobiernos de coalición. O sobre los Gobiernos. A la vista de su campañita de agit-prop sectario, hay que concluir que están descubriendo que formar parte del Consejo de Ministros no les renta tanto como pensaban. Electoralmente, claro. No se puede tener todo.

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