El Atlético de Madrid, a bote pronto, ha ganado este año en estadios como el Benito Villamarín, San Siro, Do Dragao en Oporto y Old Trafford. Por poner unos ejemplos básicos y que se me vengan rápido a la cabeza. Y a nivel de intensidad y buen juego ha tenido momentos como los vividos ante United y City en el Wanda Metropolitano, donde mereció mucho más gracias a su ambición y a sus ganas por ganar. ¿Cómo puede ser entonces que este Atlético de Madrid, todavía vigente campeón de Liga, haya perdido seis puntos ante el Mallorca, cuatro ante el Levante, tres ante el Alavés y cuatro frente al Granada? Ojo, no solo ha perdido puntos sino que ha dejado una sensación de equipo pasota en todos estos enfrentamientos. ¿Qué pasa ahí?
Sinceramente creo que este Atlético de Madrid, incluyendo a técnico y vestuario, tiene aún muchas cosas negativas de épocas pasadas y eso tiene mucho delito teniendo en cuenta que es una época dorada del club. ¿A qué me refiero con esto? A que sigue conformándose. Han pasado diez años, se han ganado dos ligas y otros tantos títulos, el último hace menos de un año, y el Atlético todavía tiene ese gen conformista de bajar los brazos después de un gran éxito. Como ese tenista que gana un Grand Slam y va al siguiente pensando "bueno, no creo que gane dos seguidos, me lo tomo con calma". Así es el Atlético o por lo menos se está empeñando en dar esa sensación.
Lo peor de todo es que a este equipo ni mucho menos se le está exigiendo ganar la Liga todos los años, sobre todo por la presencia histórica (y promocionada) de Barcelona y Real Madrid, pero sí se le debe exigir que la esté peleando hasta el final. La Liga, la Copa y también la Champions. Repito, se exige que esté en la pelea todos los años y luego, la gane o no, se harán valoraciones. El problema es que ese mínimo no ocurre ni de broma este año. Ganas la Liga, mejoras la plantilla y al año siguiente dejas partidos bochornosos ante equipos que pelean por la salvación mientras tú te desangras peleando por asegurar el cuarto puesto. De ganar la Liga a mirar al quinto clasificado. Tela. ¿Pasa algo en el club? No. Absolutamente nada. La afición, penitente y meritoria hasta la saciedad, nunca fallará, y el club solo baja al vestuario para decir "me vale con que entréis en Champions". Así es imposible dar un salto de calidad. Así el vestuario se acostumbra a que no pase nada.
Este año Gil Marín bajó a dar la charla después de la humillante derrota ante el Levante. Se vio más cerca de la Europa League que de los grandes ingresos de la Champions, le temblaron las cuentas y bajó con la regla en la mano. Después, casualidad, el equipo encadenó una gran racha de resultados y recuperó los puestos Champions, sin embargo, el efecto se ha diluido. Bronca, "papá no volverá a pasar" y después, partido a partido, la intensidad vuelve a bajar progresivamente, se empiezan a seleccionar los partidos que motivan y te la pegas en Mallorca, revives frente al City, casi tropiezas frente al Espanyol y la vuelves a liar contra el Granada. ¿Y qué pasa? De momento nada. ¿Por qué? Porque el equipo sigue en puestos Champions y al club le vale. Y como le vale, el chaval sigue en su habitación estudiando cuando quiere. Eso sí, el día que suspenda, que esperemos que no suceda, papá volverá a entrar en la habitación para decirles que la economía está fatal y que alguno se tiene que ir de casa.
Por todo esto entiendo la frustración de la afición del Atlético, que ve a un equipo con dos caras totalmente opuestas. Un equipo que tira primeros tiempos de vez en cuando como si fuese sobrado. Que selecciona los momentos en los que ir o no a por la victoria. Un equipo que reduce al City y maximiza al Mallorca o al Granada. Que gana en Old Trafford y pone el modo funcionario frente a equipos de menor entidad. ¿Qué pasa ahí Simeone? ¿Qué pasa ahí Gil Marín? ¿Qué pasa ahí jugadores? ¿Qué pasa ahí en la enfermería Profe Ortega? Algo debe de pasar y no creo que haya que hablar de "el fútbol es así", del "cansancio" que casualmente siempre aparece ante los equipos pequeños o de lo difícil que es ganarle títulos a Madrid y Barcelona. Que sí, que es difícil, pero este año y en la mayoría, lo que os piden es que estéis cerca, no a 200 km de la línea de meta con un cochazo que solo acelera cuando le apetece.
Falta exigencia en el club. Mucha. Hay que subir más el listón. No puede ser que Felipe haga una temporada horrible y esté cerca de renovar. No puede ser que se te vayan jugadores en invierno porque bueno, para lo que se está haciendo, entramos en Champions y ya está. ¿Por qué se lesiona hasta Indi el mapache y no hay ningún tipo de consecuencia? Porque el mensaje desde el club es el básico: meteros en Champions que la pela es la pela y con eso nos vale. Pues nada, la pela es la pela también para los aficionados y para ellos lo mínimo es no hacer el ridículo ante Levante, Mallorca, Granada o Alavés. Solo piden que la intensidad sea la adecuada para evitar, entre otras cosas, que Gil Manzano vuelve a obviar penaltis favorables al Atlético porque la sangre de la media de Griezmann no le parecía sospechosa.
Este Atlético se conforma y ante el Granada lo más ilusionante en casi 100 minutos de partido fue ver a Giuliano Simeone comerse el césped cuando saltó al campo. Esperemos que pueda hacerlo el año que viene en la Champions y no en la Europa League. porque. de momento, papá sigue en el salón sin exigir nada y el niño está en la habitación estudiando cuando quiere. A ver qué ocurre al llegar las notas...