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EDITORIAL

Ada Colau, como los maltratadores

Es una alcaldesa nefasta, indigna de ostentar ya no la Alcaldía de Barcelona sino el menor cargo público. El daño que ha hecho a la Ciudad Condal es descomunal.

Inmaculada Colau está dispuesta a convertir Barcelona en un Chernobil antisistema vedado a quienes no compartan su ideario radiactivo. Su bochornosa incompetencia, su desprecio al tejido productivo y a los creadores de riqueza, su entrega del espacio público a las mafias del comercio ilegal y del terrorismo callejero (carrer borroka) y su sañudo antiespañolismo ridículo han tenido consecuencias devastadoras para la Ciudad Condal, que ha dejado de ser asociada con el cosmopolitismo de vanguardia para estarlo ahora con la turismofobia más zafia y el nacionalismo más cerril.

Los violentos sucesos registrados este fin de semana, en protesta por la celebración de una concentración cívica de Vox contra el golpismo y el nacionalismo liberticida, no han hecho sino degradar aún más la imagen de la capital catalana.

La responsabilidad de Colau en lo sucedido es tremenda. Su orwelliano discurso del odio no hizo sino enviar un legitimador mensaje de impunidad a los terroristas callejeros que se lanzaron a la caza del simpatizante de Vox, y su negativa a ceder el Palau de Sant Jordi a los de Santiago Abascal fue un abuso de poder escandaloso, por lo que ha hecho muy bien la formación verde en presentar una querella por prevaricación contra semejante fanática desubicada, que con su injustificable decisión puso en grave peligro la integridad de los seguidores de Vox que no quisieron rendirse a la dictadura del miedo y acudieron al acto celebrado finalmente en la Plaza de España.

No contenta con su despliegue de indecencia política previo a la concentración antigolpista, Colau posteriormente vino a culpar a los agredidos por la chusma cederrista de las agresiones de que fueron víctimas –"creo que los incidentes son exactamente lo que ellos andaban buscando"–, con lo que no hizo sino confirmar que es lo que parece: alguien tan indeseable como los que culpan a las mujeres maltratadas de las palizas que reciben. Por provocar...

Colau es una alcaldesa nefasta, indigna de ostentar ya no la Alcaldía de Barcelona sino el menor cargo público. El daño que ha hecho a la Ciudad Condal es descomunal y es de temer que duradero. Esperemos que en las municipales del próximo 26 de mayo los barceloneses se lo hagan pagar muy caro y pongan fin a su ominosa etapa de gobierno.

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