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EDITORIAL

Sánchez se arrastra ante un golpista

Este lunes acudió a la residencia del jefe del Gobierno de España un individuo incurso en un golpe de Estado antiespañol a decirle al jefe del Gobierno de España que piensa hacer todo lo que esté en su mano para que el golpe de Estado antiespañol triunfe.

Pocas veces ha mostrado un Estado democrático europeo tanta intolerable debilidad ante sus enemigos internos como el español este lunes, con motivo de la reunión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el mandatario regional catalán, Quim Torra. El encuentro venía precedido de un amplio repertorio de declaraciones eufóricas de miembros destacados del Ejecutivo, cuyas absurdas expectativas hicieron que la visita del golpista Torra a la Moncloa haya sido, además de una bofetada a todos los españoles, un espectáculo abyecto, grotesco.

Este lunes acudió a la residencia del jefe del Gobierno de España un individuo incurso en un golpe de Estado antiespañol a decirle al jefe del Gobierno de España que piensa hacer todo lo que esté en su mano para que el golpe de Estado antiespañol triunfe. La vicepresidenta del Gobierno valoró el encuentro como muy positivo, porque la conversación con el golpista se realizó en un tono "distendido" y todo transcurrió "mejor de lo esperado".

La desfachatez del Gobierno socialista llevó a la descalificable Carmen Calvo a tratar de convertir la entrevista de la vergüenza en una reunión institucional más. Así, la vicepresidenta trató en vano de poner el énfasis en acuerdos relacionados con nuevas inversiones, futuros traspasos de competencias o reformas legislativas, cuando lo cierto es que esos asuntos eran los que menos interesaban a los golpistas que detentan el poder en el Principado.

El indeseable Torra lo dejó bien claro en la rueda de prensa que celebró posteriormente en la embajada catalana en Madrid, en la que apeló expresamente a la liberación de los golpistas presos y a lo inexorable del proceso de secesión en marcha como únicos asuntos de su agenda oficial.

Los mensajes posteriores del propio presidente del Gobierno en las redes sociales, rindiendo bochornosa pleitesía al personaje al que hace nada tachaba justamente de "racista" y descalificaba como "el Le Pen de la política española", terminaron de dar forma a una jornada signada por el entreguismo del felón Sánchez, que no pierde ocasión de manifestarse como algo peor que un tremendo error.

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