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IDEOLOGÍA ANTES QUE FE

Carta a un cristiano de bases múltiples

Carta a un cristiano socialista que, además, es de base, liberacionista, pro celibatario opcional, popular, revolucionario, boffiano, tamayista, küngkiano, oscar romeriano… sobre la manifestación del 18 en defensa de la familia y de la vida.

Carta a un cristiano socialista que, además, es de base, liberacionista, pro celibatario opcional, popular, revolucionario, boffiano, tamayista, küngkiano, oscar romeriano… sobre la manifestación del 18 en defensa de la familia y de la vida.
Juan José Tamayo, uno de los firmantes del manifiesto
Hermano, compañero, colega, camarada, frater, amigo:
 
Te escribo después de haber leído el manifiesto que has firmado con un grupo de “católicos de base”, en el señaláis que no es posible obedecer lo que los obispos afirman ante el proyecto de ley sobre regulación civil del matrimonio homosexual. Entiendo que te opones a lo que dicen los obispos porque lo dicen los obispos y no porque lo que señalan se corresponde con la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio y la familia. Lo que nos estamos jugando en España, en Europa, en Occidente, sobre la familia y la vida no es una floritura política, es el futuro del hombre, de sus relaciones y, por tanto, de la sociedad. Si no fuera así, estaríais dudando de que la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio y la familia naciera de la Revelación, custodiada por la tradición y entregada a los creyentes a lo largo de los siglos, con la garantía del magisterio episcopal, en calidad de maestros de la fe. ¿O acaso consideras que los obispos no viven en la historia y no saben discernir los signos de los tiempos? ¿Piensas que es imposible vivir el matrimonio y la familia como lo propone la Iglesia? ¿No te sirve el testimonio de quienes así lo hacen? Sería muy grave, y afectaría a tu cualificación de católico, que pusieras en duda lo que la Iglesia confiesa sobre el matrimonio y la familia guiado por un argumento práctico de oportunidad política o de estrategia de confrontación con el gobierno de turno. No olvides que si hay una institución libre en la historia, es la Iglesia.
 
Me resulta extraño que al sustantivo de católico, o de cristiano para que no te parezca un remedo del nacionalcatolicismo, tengas que añadirle el de socialista, obrero y un largo etcétera. Da la impresión que los adjetivos en vez de añadir un matiz de riqueza al sustantivo lo que hacen es rebajarlo, delimitarlo, conformarlo según una voluntad muchas veces ajena a la naturaleza y a la identidad del sustantivo. Te recuerdo que pertenecer a la Iglesia no es sólo un ejercicio de voluntad soberana del individuo. La pertenencia a la Iglesia es una adhesión en libertad como respuesta a una llamada, a una vocación que, ciertamente, no se construye por la calidad del sujeto ni por su respuesta al objeto de la adhesión, sino que la completa en el desarrollo de lo que Dios quiere: nuestra felicidad. El católico, al decir sí a la Iglesia, no la está haciendo a medida de su voluntad, de su sensación o de su percepción, sino que está conformando su vida con la vocación que Dios le ha conferido en el encuentro con Cristo y con sus hermanos.
 
Leonardo Boff, teólogo de la liberaciónSiempre pensé que los adjetivos te servían para completar las revoluciones pendientes que las ideologías totalitarias no habían sido capaces de hacer en la historia. Resulta extraño que sea en algunas comunidades cristianas en donde los reductos más puros de socialismo, de marxismo, de dialéctica progresista, hoy, mejor se conserven. La tentación de sustituir la fe por la ideología ha sido permanente a lo largo de la historia.
 
Permíteme que te diga que los textos de los obispos españoles, individual y colectivamente, con motivo del proyecto de ley del mal denominado “matrimonio gay” no sólo son oportunos, sino que son proféticos. Nadie se cree ya la cantinela de que los obispos responden a las estrategias del PP. ¿De qué PP, por cierto? Los obispos, en el ejercicio de su magisterio, y teniendo muy presente la Gaudium et Spes del Concilio Vaticano II, no hacen más que un juicio moral sobre la propuesta legislativa. Los pastores son los centinelas de la historia presente con su autoridad moral que garantiza no solo la viabilidad de la fe sino la libertad de la razón.
 
Precisamente porque hay que obedecer a Dios antes que al César, los obispos no se encierran en las trampas de la negociación política y trascienden los intereses del gobierno de turno para iluminar y clarificar la conciencia de los fieles y orientar su juicio moral. La conquista de los espacios de libertad, por parte de la Iglesia, lo es para toda la sociedad, no sólo para los creyentes. Si de algo ha servido esta serie de textos episcopales ha sido para darnos cuenta de a quien y como servís los cristianos de base y socialistas, y un montón de cosas más, en los momentos en los que las intenciones se muestran en la acción y la unidad es más necesaria que nunca.
 
Y, por último, me parece irrisorio que digas que lo que están diciendo los obispos genera división. No, perdona, la división está creada; lo que origina es clarificación y coloca a cada uno en su sitio: los cristianos que sirven al PSOE , en el PSOE; los que sirven a la revolución, en la revolución; y los que sirven a una teología y a una pastoral periclitada, en la teología y en la pastoral periclitada.
 
Déjame, por último, que te recuerde un párrafo que no te será ajeno. Al menos, si no aceptáis lo que dicen los obispos, entenderéis lo que se decía en la tradición del movimiento obrero, cuando existían los obreros; lo que dijeron en el Congreso de la Asociación Internacional de Trabajadores, celebrado en Lausana, en septiembre de 1867: “la familia es la piedra angular de todo el edificio social. En la familia aparece el mejor y el mas hermoso reflejo del poder divino creador, de la sabiduría que gobierna y del amor que sostiene y consuela. La familia es el santuario augusto de la autoridad que crea y de la educación que educa; es el hogar vivo e inextinguible de los más nobles sentimientos que están en el corazón: el reconocimiento y le respeto. La familia, objeto inmortal, es el primero y ultimo fin de la solicitud del Creador y de las leyes divinas, como debiera ser también del hombre y de las leyes sociales”.
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