Volver a ver al Deportivo de La Coruña en Primera División hace más grande a la mejor Liga de mundo. A nivel personal, la alegría por volver al equipo en la elite es inmensa porque allí pasé un año y medio maravilloso y dejé grandes amigos en una ciudad que siempre me trató fenomenal.
Ha sido un ascenso absolutamente imprescindible para el club. Había una necesidad imperiosa de regresar porque ha estado al borde de la liquidación y jugar en Primera hace más viable una economía complicada. Ahora queda remar hacia adelante y trabajar en favor de un club que se merece lo mejor.
La clave de esta vuelta a la Liga BBVA ha estado en la simbiosis entre todos los estamentos del club. Se ha conseguido a base de mucho trabajo y mucha implicación. El cuerpo técnico ha conseguido formar un grupo unido, muy competitivo, basado en un gran bloque defensivo. Y luego, está Riazor. El estadio empuja, aprieta y es clave. La afición del Depor da siempre muchos puntos y ha recibido el premio de volver a ver a los grandes en casa.
Aún queda por saber quiénes se jugarán la última plaza de ascenso en el playoff y qué equipos acompañarán al Hércules en Segunda B. El dato de que ha sido la Liga con menos diferencia de puntos entre ascenso y descenso resume muy bien la competitividad de un campeonato, que mantendrá emoción hasta el último partido.