Menú
José T. Raga

Contradicciones, pero también oportunidades

Ni la relación del Estado fiscal con Cataluña, ni con el País Vasco, ni con Navarra, podrían aplicarse al resto de Comunidades.

Buena parte del pueblo español, vive inquieto y desearía vivir en otro lugar en el que se cumplieran las leyes y las sentencias firmes de los Tribunales. Sin embargo, el poder discrecional del Ejecutivo es cada vez mayor, esterilizando al Judicial y al Legislativo.

Nuestra inquietud es con el señor Sánchez y sus líneas de pensamiento político – si las tiene. Nos preocupa que no se tenga en cuenta la opinión del Tribunal Supremo, defensa de pobres y desvalidos, además del Estado de Derecho.

Nos preocupan las pretensiones de algunos paisanos y sus aspiraciones políticas, suavemente llamadas autodeterminación. Nos preocupan los ataques al Tribunal de Cuentas, juzgador del empleo de recursos públicos, como también que se mitiguen las sentencias por una política penitenciaria y por un extravagante concepto de perdón y concordia.

Nos preocupa que se vaya preparando ya el terreno para pactar un referéndum conducente a la independencia, que el presidente Sánchez considera perfectamente posible dentro de la Constitución.

Nos asombra, por otro lado, la contradicción del propio separatismo catalán, cuando se formula, además, pidiendo más financiación al Estado. Las contradicciones, parecen ser habituales en los separatistas catalanes.

Así, la primera independencia – la de Pau Clarís – el 16.01.1641 se proclama para poner a la Cataluña libre, bajo la protección del Rey de Francia Luis XIII (un raro concepto de independencia). El Rey no debió entender qué era eso de bajo la protección, por lo que el 23.01.1641, la nueva propuesta es aceptar a Luis XIII, como Soberano de la República Independiente de Cataluña. Esto sí que lo entendió y rápidamente entraron las tropas francesas en Cataluña.

También la tercera república, bajo denominación de Estado Catalán – la segunda no merece consideración; apenas duró veinticuatro horas – se proclama el 06.10.1934, para integrarse, como tal, en la República Federal Española. Una República que nunca existió, sino como República Democrática de Trabajadores de toda Clase, y que, además, constituía un Estado Integral, lo que era contrario a un Estado Catalán Independiente.

¿Pretende hoy, el independentismo catalán, integrar su República Independiente en el Reino de España? Espero que no, porque independencia, significa independencia, sin paliativos. De modo que, puestos a imaginar, las relaciones entre España y Cataluña, podrían ser semejantes, a las que España mantiene con Sri Lanka, por ejemplo.

¿Más financiación? ¿Pero no quieren ser independientes, o es que no se lo creen? Esa petición es buena oportunidad para limpiar el desbarajuste provocado por las negociaciones fiscales bilaterales. El sistema fiscal autonómico (relaciones Estado/CCAA) es asimétrico, con injustificados privilegios. Eso no implica homogeneidad en la tributación de los impuestos cedidos. De lo cedido, la Comunidad debe poder hacer su propia política fiscal. Tales privilegios, hacen que su reconocimiento no sea generalizable al resto de la nación. Ni la relación del Estado fiscal con Cataluña, ni con el País Vasco, ni con Navarra, podrían aplicarse al resto de Comunidades. Una injusticia flagrante, que provoca múltiples agravios comparativos.

¡Es hora de ponerlo en claro!

En España

    0
    comentarios