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Pedro de Tena

La extensión del modelo de la 'tela de araña' a toda España

Se trata de acabar 'democráticamente' con la democracia constitucional.

Mi admirado Mikel Buesa lo ha detectado con claridad. Pedro Sánchez y su equipo, en el que hay cinco andaluces –Carmen Calvo, María Jesús Montero, Luis Planas, Juan Carlos Campo y el intruso Alberto Garzón–, ha decidido ya que el único modelo aparentemente democrático que permite conservar el poder durante dos, tres o más décadas es el de la tela de araña, aplicado también por los nacionalismos separatistas y, en cierto modo menor, por el PP gallego. Ese modelo, a su vez importado del PRI mexicano, supone utilizar arteramente la apariencia de democracia para someter el Estado y la sociedad civil a un solo partido o a un grupo afín de partidos. Esto es, se trata de acabar con la democracia constitucional democráticamente.

Recuérdese cómo en Andalucía el PSOE asumió la identidad andalucista en exclusiva (ser de centro o de derecha era ser antiandaluz); mutiló el Derecho Administrativo para escapar de los controles democráticos en contrataciones, subvenciones, adjudicaciones y oposiciones en la Junta, las diputaciones y los ayuntamientos (sustituidas durante años por interinos, dedistas, puestos de libre designación y una completa Administración paralela); se apoderó de las cajas de ahorros y de la gestión del dinero de los andaluces mediante una ley ad hoc que le dio el dominio municipal; controló el aparato gestor y docente de las universidades y ocupó la gerencia sanitaria; regó con dinero incontrolado a patronal y sindicatos; se apoderó de la inspección educativa para anular toda actividad crítica; intervino vía subvenciones arbitrarias a las mal llamadas ONG y asociaciones sociales; penetró de forma evidente el Poder Judicial; puso en marcha Canal Sur, de forma sectaria e ignominiosa, concedió licencias de radio y TV de forma irregular y ayudó a los medios afines sin atender las audiencias ni a legalidad y desarrolló conductas corruptas y autoritarias en numerosos campos. Y así sucesivamente.

¿Puede hacerse todo eso? Puede hacerse porque ya se ha hecho. En este caso, y por ahora, necesitará contar con los separatistas y los comunistas, pero en Andalucía, por ejemplo, la alianza con los comunistas acabó con ellos en solo cuatro años, y en unos pocos más acabaron con los nacionalistas andaluces. No es el mismo escenario, naturalmente, y tal vez esta tela de araña necesite de dos telitas auxiliares en País Vasco y Cataluña, con grave daño para la unidad de España y a la igualdad de los españoles.

Frente a esta operación, sólo hay una socialdemocracia fantasmal y acomodada e incapaz de fraguar en nada sólido y tres partidos de centro y derecha que habla, bla, blan de España y de democracia liberal pero que son incapaces de ponerse de acuerdo en una situación de emergencia. La sociedad civil que defiende la Constitución está cuarteada en numerosas asociaciones y fundaciones que hacen del matiz diferencial una montaña insalvable, estando además descoordinadas y dispersas. La juventud, hedonista y adoctrinada a conciencia, deserta de los valores democráticos o le importan un comino. Los grandes medios de comunicación están con el régimen, con algunas excepciones, y los llamados intelectuales… pues eso, ¿dónde está tal especie salvando algunas figuras heroicas? Únase a eso el entorno internacional conspirador contra la civilización europea y su unidad.

Lo que está pasando, en la Guardia Civil, en el derecho de los padres a educar, en el nombramiento vergonzoso de una fiscal, en la soledad del Jefe del Estado, en la impunidad del golpismo y el terrorismo, en la ocupación de Navarra, en la marginación de la lengua común española, en la discriminación sanitaria según regiones, en el privilegio electoral del separatismo… todo es gravísimo y veloz y ni siquiera somos capaces de aunar los esfuerzos para convocar una gran manifestación conjunta en favor de la Constitución y la democracia reconciliadora. Si no se limita al sátrapa y sus mentiras y desmanes flagrantes haciendo visible a la mayoría nacional democrática y respetuosa que conformamos, ya sabemos lo que nos espera.

En España

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