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Pedro de Tena

Miscelánea de asuntos varios con el separatismo al fondo

Ahora, y bienvenido sea, Guerra considera un error que la izquierda haya regalado el concepto de España a la derecha.

Comencemos por la cruz de un político preso, nacionalista por más señas, Pedro Pacheco, al que le llueven las desgracias. Ahora le ha caído encima un crucifijo de madera de 8 centímetros de altura que las autoridades de su cárcel han considerado un "arma". Por si fuera poco, tenía un libro de más y una almohada extra. Gravísimos asuntos contra la seguridad del Estado y de su cárcel, por lo que se procedió a su castigo. Tras requisarle los peligros, se le trasladó a otro módulo. De paso, se ha disuelto el servicio jurídico que estableció el Enorme para ayudar a otros presos. Mientras tanto, los Pujol, Puigdemont de la Jindama, Junqueras, Forcadell… Qué risa.

Es que Pacheco no tiene raza. Los nacionalistas catalanes, sí. La importancia de llamarse, por ejemplo, Rovira confiere derechos. ¿No lo creen? Hay una universidad pública en Tarragona, que se tiene como ejemplo, que se llama Rovira i Virgili. Pues sepan que ese Rovira fue defensor de la raza "histórica" catalana (a saber qué es eso) y aplaudió que "científicamente" se hubiese demostrado que el cráneo tipo medio catalán era diferente a los cráneos del resto de España. El que lo difundió fue un mexicano, de madre vasca, que se hizo famoso como nacionalista catalán. Se llamó Bartolomé, luego Bartoloméu, cómo no, Robert. No se rían que llegó a ser alcalde de Barcelona, ciudad que para elegir alcaldes o alcaldesas tiene una vista de lince.

¿Cómo no va a volver a la memoria lo del RH negativo blandido por el reverendo Arzalluz para sostener el racismo bizcaitarra, que no vasco, de Sabino Arana? De eso hace mucho tiempo, dirán los incautos. No, no. La pasada primavera la raza superior se manifestó en la tele del PNV y los de las nueces. Se dijo allí que si alguien es español o es choni, o es paleto, o es facha o quizá, interpreto, es Patxi López, esto es, un progre, pero maketo. Por eso el señor Urkullu reclama el saldo positivo de su RH, bajo la forma de pufo-kuponazo. Naturalmente, los españoles que quedamos fuera de esa corriente sanguínea nos preguntamos qué tiene, constitucionalmente, el señor Urkullu que no tengamos los demás. Pues sí, tiene una disposición. Adicional, pero disposición que llega hasta Navarra.

Finalmente, nos topamos con el nuevo Alfonso Guerra, que siempre ha guardado silencio en los temas relevantes. Por ejemplo, y con otros, ni mu en aquella disposición adicional ni más tarde, en la aprobación de un estatuto inconstitucional para Cataluña. Ahora, y bienvenido sea, considera un error que la izquierda haya regalado el concepto de España a la derecha. Ni en esto es original. Calcado de Menéndez Pidal, que, como introducción de su Historia de España, ya había subrayado el extremismo partidista de una izquierda que abandonaba "íntegra a los contrarios la fuerza de la tradición". Por cierto, los contrarios ya no lo son, porque, inspirado por la dialéctica marxista para legos, Rajoy es ya un maestro de la negación de la negación.

Santos Inocentes todos de esta España nuestra, vaya Navidad nos espera. Y sin lluvia.

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