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El jefe de ERICAM detalla la respuesta en Valencia: "La marea humana de ayuda nos ha sorprendido"

José María González, jefe de ERICAM, explicó en esRadio la rápida intervención en Valencia tras la DANA y destacó la solidaridad ciudadana.

La DANA que ha golpeado a España desde el martes pasado, ha dejado un trágico saldo de más de 200 víctimas mortales, numerosos desaparecidos y cuantiosos daños en la Comunidad Valenciana. En una entrevista con Federico Jiménez Losantos en esRadio, José María González, jefe del dispositivo de Emergencia y Respuesta Inmediata de la Comunidad de Madrid (ERICAM), compartió los detalles sobre la intervención de su equipo y los desafíos enfrentados en el terreno.

Desde el primer momento, ERICAM se movilizó rápidamente y llegó al área afectada al día siguiente de la tragedia. "Pudimos acceder al día siguiente a través de Requena, que fue nuestro punto de enlace, y, a partir de ahí, Chiva, Cheste y toda la carretera de Valencia hasta llegar al puesto de mando avanzado en Paiporta", explicó González. El equipo inicial de 36 personas se amplió a 58 efectivos en los días siguientes, y se espera que supere los 70 con la llegada de nuevos relevos.

Complicaciones en la comunicación

Las primeras horas de intervención fueron especialmente complicadas debido a las dificultades de comunicación. "Estuvimos prácticamente incomunicados los dos primeros días, por lo que no éramos capaces de evaluar ni de transmitir lo que estábamos viendo. A pesar de que contamos con equipos satelitales, las comunicaciones siguieron siendo un problema", destacó González. Esta falta de información dificultó la evaluación y la coordinación en el terreno.

González también habló sobre el uso de los equipos de búsqueda con perros, que suelen ser esenciales en catástrofes como terremotos, donde las estructuras colapsadas pueden esconder supervivientes. Sin embargo, en esta ocasión, el papel de los perros fue limitado. "El agua lo ha arrasado todo y es difícil encontrar una estructura o un espacio donde una persona pueda refugiarse que no sea una zona elevada. En este caso, los equipos de perros, desafortunadamente, no han tenido ese protagonismo que en otras ocasiones es fundamental para nosotros", explicó. La prioridad, en cambio, se centró en el uso de equipos de bombeo para extraer agua de las zonas inundadas y manejar la acumulación de escombros.

El impacto emocional del desastre

El impacto emocional de la tragedia también ha sido evidente para los miembros del equipo. "Lo que más nos ha afectado es comprobar que esto sucede en nuestra propia casa. La gente afectada es nuestra propia gente y todos hemos llegado a la conclusión de que esto nos ha condicionado", admitió González. Aunque ERICAM ha intervenido en desastres alrededor del mundo, la cercanía de esta crisis ha tocado profundamente al grupo.

A pesar de las dificultades, la moral del equipo se ha mantenido alta gracias al apoyo de los cuerpos locales y a la solidaridad ciudadana. "Nos ha sorprendido, sobre todo, la marea humana que vemos todos los días cuando iniciamos nuestro trabajo. La marea humana que se desplaza a las zonas siniestradas para ayudar en lo posible", comentó González, quien también subrayó la importancia de mantener la organización: "Es necesario que haya orden y coherencia. De lo contrario, el caos, que ya es palpable en la catástrofe, no puede ser parte de la intervención".

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