Todo el mundo (es un decir) comentó el gusto que tuvo el presidente Bush por la divisa “nunca más”. Incluso la pronunció en español desde ese incómodo sillón a espaldas de la chimenea. (Para mí que es una chimenea de atrezo, como la de las películas). A lo que iba. Lo que no he visto comentado es que el eslogan del desastre del “Prestige” procede realmente de los Estados Unidos. Lo crearon los miembros de lo que se llamó el “lobby judío” en los años sesenta. Se trataba de recordar a la opinión pública internacional que no debía repetirse “nunca más” la persecución contra los judíos. Concretamente, la muletilla se debió al rabino Maier Kahane, dirigente del indicado lobby. Por las mismas fechas se generaliza el término “holocausto”, para indicar el genocidio que no debía repetirse. Bueno, es mucho presumir que Bush o Aznar supieran todo eso en su cálida entrevista de espaldas a la chimenea. Pero los lectores de esta seccioncilla ya lo saben.
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