El sistema bancario venezolano sufre desde hace semanas una desestabilización que pone en riesgo tanto los ahorros de los clientes de las entidades como las inversiones de quienes son accionistas de los bancos. El principal agente causante de la situación no podía ser otro que el Gobierno de Hugo Chávez con sus intervenciones y nacionalizaciones. Con independencia de las excusas que ponga, el único objetivo del Ejecutivo venezolano es el progresivo desmantelamiento de la banca privada para sustituirla por un sistema totalmente en manos del Estado.
El régimen bolivariano tiene como meta la instauración de un sistema completamente socialista –algo que tan sólo puede generar miseria y falta de libertad en todos los ámbitos de la vida– en el que la iniciativa privada sea eliminada o limitada a reductos marginales. Para eso es necesario instaurar la estabilidad de precios a punta de pistola (lo que incluye el cierre de comercios y la expropiación de supermercados), destruir cualquier rastro de separación de poderes, encarcelar opositores, amedrentar a periodistas y controlar internet. Y, para esto último, el chavismo ha encontrado la excusa perfecta. No es otra que la propia desestabilización del sistema bancario que el propio régimen ha creado.
Al igual que no reconocerá que su política monetaria es la que genera el alza de los precios, el régimen bolivariano no acepta que la inestabilidad del sistema bancario está causada por sus intervenciones arbitrarias destinadas a eliminar la independencia de las entidades financieras con respecto del Estado. Los causantes son, según el Gobierno chavista, unos desalmados que hacen circular rumores a través de la red. Y el ministro de Finanzas y de Planificación y Desarrollo, Jorge Giordani, ya ha lanzado la advertencia: "Eso hay que cortarle (sic) de raíz", por lo que se tomarán medidas contra ellos.
Los rumores, que realmente pueden generar dañinas situaciones de incertidumbre, no existirían si el Gobierno de Hugo Chávez no se dedicara a desestabilizar con su intervención en la banca. Pero el régimen chavista no va ir contra sí mismo. Va a actuar cómo más le gusta: atacando cualquier libertad. En este caso, la de expresión y cualquier otra que tenga que ver con internet. No nos engañemos. Los chavistas no se conformaran con localizar y castigar a los autores, reales o ficticios, de los rumores en cuestión.
Habrán creado un precedente para actuar contra cualquiera que publique o difunda por internet mensajes que el Gobierno venezolano considere dañino para el país o para el poder político (que en su totalitaria concepción del mundo vienen a ser lo mismo). La cada vez más acelerada construcción de un régimen totalmente socialista no permitirá que por internet queden resquicios de libertad.