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EDITORIAL

El PP y el “bocado” de Ciudadanos

El electorado ya no está para trucos como llamar a C's “partido catalán”… ¡como si fuera un defecto ser los únicos que defienden España en Cataluña!

La patética estrategia electoral de Rajoy y su corte de arriolas –presentarse como el único partido capaz de frenar a Podemos- ha tropezado con una imprevista piedra en el camino: el vertiginoso ascenso que las últimas encuestas otorgan a Ciudadanos.

No es, sin embargo, una tendencia nueva: cualquiera que en España se mueva en el ámbito de la política o sus cercanías sabía, desde hace meses, que el apoyo al partido de Albert Rivera venía creciendo de forma consistente. Aunque haya explotado en las últimas semanas la tendencia era clara, lo que no evitó que los estrategas de Génova, en una prueba más de su indudable torpeza, no fueran capaces de tenerla en cuenta.

Y es, además, una tendencia completamente natural en un electorado que está, es obvio, harto de las mentiras y las traiciones del PP de Rajoy, unos votantes que han sufrido tres años de legislatura en la que no ha habido principio propio del centro derecha que no haya sido olvidado por un presidente del Gobierno que ha subido los impuestos, machacado a la clase media, abandonado a las víctimas del terrorismo, bailado el agua a las dictaduras y que, aunque no sea lo más importante, hasta ha mantenido la Alianza de Civilizaciones.

Frente a eso, los votantes ven en Ciudadanos a un partido limpio, con un discurso sensato, que ofrece un mensaje ilusionante, que reivindica los mejores valores de la transición y la concordia entre los españoles; y ve en Albert Rivera a un líder capaz, sincero, cercano, que sí defiende unos principios y que ni tiene miedo al debate ni esconde en su armario el cadáver de ningún tesorero.

No es extraño, por tanto, que el "bocado" que Ciudadanos está empezando a dar al PP sea mayor cada día o incluso cada hora. Un agujero que no hará más que agrandar si los populares se creen que van a poder defenderse con las tácticas rastreras con las que suelen moverse en el mundo de la política.

Es obvio que con portavoces como Carlos Floriano es muy difícil que el discurso político pueda elevarse por encima del nivel del lodo, pero el PP debe ser consciente de que el electorado ya no está para trucos como llamar a Ciudadanos "partido catalán"… ¡como si fuera un defecto ser los únicos que defienden España en Cataluña!

El electorado, y especialmente el que a estas alturas ha decidido abandonar a Rajoy, no va a volver a confiar en el presidente y los suyos porque con artimañas de tercera se intente descalificar a un partido pequeño, al contrario: lo único que hará será desencantarse aún más con un PP que, hoy por hoy, no es capaz de proponer nada y no sabe más que intentar ensuciar.

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