La flamante ministra de Vivienda, Carme Chacón, ya quedó en evidencia cuando incluso desde los sectores más próximos a su Gobierno se reconoció que su fabuloso plan para fomentar el alquiler no era más que una serie de cambios más bien cosméticos (y algo caros, eso sí) al que ya había aprobado María Antonia Trujillo. Haber sido pillada en falta copiando a una antecesora tan incompetente parece haber sido lo suficientemente vergonzoso y humillante como para forzarla a plagiar ahora a un alumno mucho más aplicado, como es el PP. Sin embargo, en la primera ocasión dispuso de setenta días para trabajar intensamente y así pudo hacer una copia detallada de la propuesta de Trujillo. Ahora, en cambio, se ha visto obligada a improvisar en un sólo día, de ahí que se haya tenido que limitar a decir que ella también se apunta.
La propuesta popular va en la línea que llevamos años defendiendo desde esta tribuna. Su objetivo es que se pueda echar a un inquilino moroso en un plazo máximo de tres meses, lo que supondría una gran mejora en comparación con los doce o más que se necesitan ahora si el ocupante se conoce todos los resquicios legales. Para ello propondrán diversos cambios legales y la creación de juzgados especializados que puedan responder con rapidez a las demandas de los propietarios.
Aún así, quedaría mucho camino por recorrer. En Estados Unidos, el desahucio por impago puede producirse un par de semanas después de que el propietario denuncie la situación. Los juicios suelen celebrarse rápidamente, pues son conscientes de que retrasarlo supone un coste para los caseros, que de generalizarse podría llevar a muchos a retirar sus viviendas del mercado, como sucede en España. Pero son mejoras como las que propone el Partido Popular las que pueden reducir los costes de alquilar una vivienda a sus propietarios y permitir que incluso aquellos inmuebles adquiridos con el perverso fin, según la izquierda, de "especular" sean más rentables para sus compradores y más útiles para la sociedad en su conjunto gracias al alquiler.
Chacón, por su parte, puede dar todas las ruedas de prensa que quiera diciendo que ella también quiere reducir el tiempo que lleva echar a un inquilino sin precisar cómo pretende hacerlo. Su primera propuesta ya dejó claro que es su nombramiento es una demostración, como si el Ejecutivo socialista necesitara otra, de que Zapatero no conoce el principio de Peter: "En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia."
